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5 diciembre, 2025

CLAUDIA SHEINBAUM

nacional

APROVECHAN TRAGEDIA PARA VOMITAR MALDAD

MÉXICO.- En los días en que el cielo de la Sierra Norte de Puebla se tiñe de luto por las lluvias que han cobrado 13 vidas y dejado 15 desaparecidas, según el último informe del gobernador Alejandro Armenta, no son las nubes las que más oscurecen el panorama, sino las sombras de la saña política y económica que acechan.

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum recorre las zonas afectadas, escucha testimonios de familias que lo perdieron todo y anuncia censos inmediatos para entregar apoyos casa por casa — con kits de enseres que incluyen refrigeradores, estufas y colchones, respaldados por cientos de brigadas de la Secretaría de Bienestar—, figuras como el empresario Ricardo Salinas Pliego y el dirigente priista Alejandro “Alito” Moreno optan por el veneno de las burlas y las calumnias.

“Las críticas siempre son válidas, pero estas son burlas, son saña. Son mentiras. Mucha malicia”,
respondió Sheinbaum con la serenidad de quien ha caminado entre
el lodo, no desde un yate de lujo.

Salinas Pliego, magnate que acumula fortunas mientras evade 74 mil millones de pesos en adeudos fiscales al SAT, según ha reiterado la propia mandataria en sus conferencias matutinas.

En pleno desastre, cuando el Plan DN-III-E despliega más de 10 mil elementos de SEDENA y Semar para rescatar a 30 mil damnificados en Puebla, Veracruz e Hidalgo —con helicópteros, cocinetas móviles y 50 mil litros de agua purificada enviados a Huauchinango—, el dueño de TV Azteca tuitea videos de calles inundadas con la cruel sorna de “Disfruten lo votado” o “El huracán PEJE sigue causando estragos”. ¿Burla? Más bien cinismo.

Salinas, que ha amasado su imperio con condonaciones fiscales del viejo régimen —beneficiado por el Fobaproa y adquisiciones opacas como la televisora que ahora usa para linchar al gobierno—, se atreve a mofarse de familias que, en la pobreza que él mismo explota con sus Elektras de usura, ofrecen de corazón a Sheinbaum un plato de comida en medio del caos.

Como relató la presidenta, en La Ceiba, damnificados que lo perdieron todo le extendieron generosidad: “Hasta nos ofrecieron de comer”. Esa es la México profunda que Salinas ignora, la que trabaja de sol a sol mientras él evade impuestos y politiza sus deudas, proponiendo “mesas de diálogo” para negociar la ley que todos debemos acatar.

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