CAMPECHE. El fuego cruzado entre el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, y el fiscal de Campeche, Jakson Villacís, se encendió otra vez. Luego de que “Alito” lo tildara de “corrupto” durante una entrevista con Carmen Aristegui, Villacis no dejó pasar la acusación y respondió de forma directa: “Una persona que tiene fuero puede decir lo que quiera… en vez de estar hablando, debería venir y enfrentar su proceso como tiene que ser”.
Ante esto, Villacis desmontó el peso de las palabras del dirigente del PRI, quien enfrenta múltiples señalamientos y procesos en el estado. Subrayó que la protección legal no es escudo para evadir la justicia y sobre qué pasaría si se le retirara la inmunidad legislativa señaló que el priista debe presentarse ante autoridades competentes para responder por los procesos abiertos en su contra.
Moreno, escudado en su fuero como senador, ha intentado instalar la narrativa de persecución política cada vez que se revelan nuevos señalamientos en su contra. Por lo que se ha acostumbrado a lanzar múltiples acusaciones no solo contra el fiscal, sino contra otros funcionarios en la entidad.
Sin embargo, detrás de su discurso público se acumulan acusaciones serias, la adquisición irregular de terrenos a precios devaluados para reducir impuestos, maniobras legales para evitar pagos millonarios y el reciente golpe que representa la nueva Ley de Expropiación, que pone en la mira bienes obtenidos bajo prácticas cuestionables.
Lejos de ser un intercambio aislado, estas declaraciones forman parte de un pulso político en el que Alito ha recurrido sistemáticamente a acusar persecución para desviar la atención de los procesos legales que lo rodean. En Campeche, cada nueva denuncia contra funcionarios se percibe como una estrategia de distracción más que como un acto de defensa.
