MÉXICO. El pasado 8 de septiembre, Moody’s Investors Service elevó la nota de Pemex de B3 a B1, debido a un “cóctel” de ayudas gubernamentales que incluyeron la emisión de notas precapitalizadas por 12 mil millones de dólares, un vehículo financiero creado por Banobras por poco más de 25 mil millones de pesos (unos 13 mil millones de dólares) y una línea presupuestal para el próximo año. “En conjunto, el paquete de apoyos para Pemex ronda los 37 mil millones de dólares para 2025 más 14 mil millones anunciados para el próximo año, es decir, una inyección como de 50 mil millones de dólares, lo que es una diferencia en comparación con la administración pasada”, señaló Roxana Muñoz, vicepresidenta y directora de crédito Senior de Moody’s Ratings, en entrevista con Bloomberg Businessweek México.
Por otra parte en julio, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) embargó las cuentas bancarias de más de 50 empresas prestadoras de servicios petroleros en Campeche, ya que no cuentan con recursos para saldar deudas, debido a que Pemex no les ha pagado, reveló en entrevista Rocío Abreu Artiñano, presidente de la comisión de energía de la Cámara de Diputados.
Víctor Gómez Ayala, economista en jefe de Finamex Casa de Bolsa, enfatizó que esta paradoja que vive la petrolera quedó nítida durante 2025. Mientras que las agencias calificadoras han mejorado su perspectiva sobre la empresa por una mayor probabilidad de cumplimiento de deuda, en territorio los proveedores enfrentan atrasos críticos y los estados petroleros muestran menor dinamismo.
La falta de pagos de Pemex golpeó la cadena de proveeduría en Campeche, Tabasco y Veracruz, pero no es el único lastre, ya que entre 2024-2025 se apagó el efecto multiplicador de los megaproyectos (Tren Maya, refinería Olmeca y Corredor Interoceánico) que inflaron temporalmente la construcción.
“Al retirarse ese estímulo, cayó la actividad secundaria y, con ella, el ánimo económico regional, en especial en Campeche y Tabasco, donde el petróleo pesa de manera importante, y, en Veracruz, la matriz productiva es más de comercio y servicios, por lo que el petróleo no define su ciclo por completo.
La calificación: el espejismo financiero La calificación crediticia a los estados petroleros es positiva: Fitch Ratings evalúa con un AA- a Campeche, su cuarta calificación más alta lo que sugiere una alta calidad crediticia y un riesgo muy bajo de incumplimiento.
Pero ese buen perfil crediticio contrasta con la realidad laboral: en el primer trimestre del año, la actividad económica de Campeche registró una caída anual de 16.8 por ciento, el desplome más severo desde que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tiene registros, en 1981.
Mientras que la actividad económica en tierras tabasqueñas retrocedió 12.3 por ciento a tasa anual en el primer trimestre del año, su mayor caída desde el primer trimestre de 2019. De esta manera, la economía del estado hiló siete trimestres de contracciones.

