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6 diciembre, 2025

PALAPA

Campeche

RENACER DE PALAPA REACTIVARÁ VENTAS

CAMPECHE, CAMP. Tras meses de penar entre escombros y la incertidumbre, la icónica Palapa B del mercado 7 de agosto se levanta de sus cenizas como el ave fénix, devolviendo la esperanza y el bullicio a los locatarios.

El aroma a mariscos frescos y el sonar de los cuchillos afilándose vuelven a ser la banda sonora de un espacio que, después del devastador incendio el pasado 24 de enero y una larga reconstrucción, promete revivir no solo la economía local, sino también el espíritu de una comunidad que se negó a rendirse.

“Antes vendíamos todos pegados, casi no había venta, poca gente acudía porque no había un espacio en el que pudieran comprar cómodamente”, relata Doña Wendy Caballero, con una sonrisa que ilumina su rostro curtido por el sol y el esfuerzo. Ella, como muchos otros, experimentó la caída de las ventas al tener que reubicarse afuera de las otras palapas.

UN CAMINO CON BACHES

El renacimiento de la palapa, no ha sido un cuento de hadas sin tropiezos. Aunque los comerciantes como don Arturo Reyes se muestran complacidos con las “tarjas nuevas, muros recién pintados y el suelo con su manita de gato”, no todo es miel sobre hojuelas.

“Deben reforzar la vigilancia, pues cuando nos vamos muchas veces nos roban herramientas, cuchillos, cubetas, porque esto está a la interperie”, advierte don Rafael Duarte, señalando un punto vulnerable que urge atender. Las filtraciones de agua cuando llueve, es un “desperfecto” que las autoridades prometen remediar.

Y mientras el pescado fresco vuelve a ser el rey, la oferta se diversifica. Doña Isaura Pérez, con su puesto ahora cómodamente instalado, no solo ofrece la pesca del día, sino también un arcoíris de verduras frescas, rábano, cilantro, perejil, chile y naranja, complementos esenciales para la mesa campechana.

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AÚN FALTA ÁREAS POR TERMINAR

“Gracias a Dios ya tenemos nuevamente techo, las autoridades trabajaron muy rápido”, comenta con alivio, aunque no duda en señalar el siguiente gran reto. “Solo faltan los baños, porque mientras los clientes deben ir a la otra palapa y muchas veces se enojan, las tuberías donde no jala el agua es lo que van a atender cuando pase esto todo estará 100 por ciento funcional”.

A pesar de los desafíos pendientes, la energía que emana de la Palapa B es innegable. Los comerciantes, con cuchillos afilados y sonrisas en el rostro, están “más que listos” para atender a sus clientes, quienes ahora pueden comprar con comodidad y confianza. Ahora, nuevamente instalados, esperan ansiosos que las ventas “vuelvan a revivir” tan vibrantes como la propia palapa que hoy vuelve a latir con fuerza.

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