CDMX – Con el descaro que lo caracteriza, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas irrumpió en el Senado para estrenar su más reciente fábula: el “Cártel de Macuspana”. En su delirante guion, el expresidente López Obrador encabeza una red criminal que, según él, reúne a gobernadores de Sinaloa, Tamaulipas y Sonora, al exsecretario de Marina, al exjefe de la Oficina de la Presidencia y hasta asus hijos del exmandatario.
Y la historia al estilo Julio Verne, según “Alito” data desde 2018, este supuesto “cártel” ha incubado criminales y terroristas para controlar el poder con mano de hierro. Lo que no explicó es cómo una acusación tan grave puede sostenerse sin una sola prueba creíble, convirtiendo su denuncia en un sainete que nadie tomó en serio.
El “Cártel de Macuspana” no es más que un nuevo capítulo en la saga de inventos de una oposición que, liderada por “Alito”, parece más interesada en fabricar enemigos que en construir propuestas.
La ciudadanía, entre perpleja y
hastiada, observa cómo el PRI recurre a la fantasía para llenar el vacío de ideas. Si de cárteles se trata, el de la imaginación priista se lleva el primer lugar, con el campechano como su guionista estrella.
Pero las cortinas de su espectáculo se derrumban, dejando al descubierto a un líder que ha perdido no uno, sino dos juicios: El de la cordura, con una narrativa que raya en lo absurdo, y el legal, que lo despojó de su fuero y lo tiene con un pie en la cárcel.

