CDMX – El senador priista Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas ha vuelto a mostrar cómo concibe la política como como un botín para repartir entre familiares e incondicionales, actualmente a cinco de los espacios plurinominales y uno de apoyo parlamentario, que en sumatoria cuestan más de un millón de pesos mensuales.
Información avalada por la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) y por el Senado de la República, dejaron en evidencia que el exgobernador de Campeche colocó a su séquito más cercano, premiando a sus aplaudidores y asegurando su red de complicidades en el Congreso de la Unión.
En total, sus allegados perciben mensualmente un millón 093 mil 341.28 pesos mensuales, entre los que están incluidos cargos como seguridad social en tres diferentes directrices, como el ISSSTE, FOVISSSTE y Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), dietas, primas vacacionales y apoyos no reportados.
Entre los beneficiados destacan en el Senado Pablo Angulo, Karla Toledo Zamora; en el Congreso Federal su sobrino Christian Castro Bello, y Ariana Rejón Lara; mientras que como apoyo parlamentario Miguel Ángel Sulub Caamal, personajes cuya principal virtud ha sido la sumisión a los intereses de Moreno.
Los primeros dos que reciben cada uno de ellos 195 mil 555.73 pesos mensuales, de los cuales no han podido apoyar a los ciudadanos en Campeche con gestiones sociales, mientras que, trascendió entre el círculo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que tienen que para una “cuota” al líder nacional tricolor por llevarlos al escaño.
Esto quiere decir que, en el año natural reciben 13 millones 120 mil 095.4 pesos solo por estos preceptos, pero la cifra aumenta a los 15 millones 211 mil 326.68pesos al incluirles el aguinaldo, donde reciben tres meses de salario cada uno de ellos, independientemente de si se aprueban bonos “escondidos” en la última sesión del periodo legislativo.
Ninguno de ellos llegó al Poder Legislativo federal por respaldo popular ni por méritos propios, sino por la voluntad de Moreno Cárdenas que utiliza las plurinominales como pago de favores políticos y como escudo para blindar a quienes le son útiles en su carrera.
El costo de este esquema es un insulto directa a los mexicanos, quienes tienen que mantener a estos legisladores incondicionales, lo que le cuesta a la ciudadanía más de un millón de pesos mensuales en salarios, dietas y prestaciones, dinero que se extrae de los impuestos de todos.
Mientras la mayoría de los mexicanos enfrenta carencias en servicios básicos como salud, educación o seguridad, los allegados de Moreno disfrutan de privilegios a costa del erario.
El PRI, bajo la tutela de “Alito”, ha dejado claro que no busca renovarse ni acercarse a la ciudadanía, sino que se ha transformado en un club cerrado donde los beneficios se reparten entre una élite de privilegiados, así, mientras los campechanos y millones de mexicanos pagan la factura de estos excesos, Moreno y su séquito se atrincheran en el poder.

