CAMPECHE, CAMP. En Campeche, el mercado 7 de Agosto tiene su propio ritual, cuando llega el viernes, el lugar se llena de familias en busca de pámpano, chachí y cazón para la comida del fin de semana. El secreto no está sólo en la frescura del producto, sino en que los precios se mantienen estables, entre 100 y 115 pesos el kilo, prácticamente igual que el año pasado. Esa certeza es lo que mantiene a la gente regresando.
“Entre semana está frío, no hay venta, pero los viernes, sábados y domingos se mueve todo. La gente sabe que aquí encuentra buen pescado y al mismo precio”, reconoció Gregorio Fuentes, vocal de la palapa B.
Ante esto, manifestó que los pescadores traen cargas modestas, de 7 a 10 kilos, y cuando hay suerte alcanzan los 30, suficientes para abastecer la demanda de los días fuertes. Aunque los baños siguen en reparación y el área de fileteo afina detalles, nada detiene el movimiento.
“Los precios estables son el anzuelo perfecto”, aseguró el vocal. Además recalcó que los clientes compran sin faltar los fines de semana. En una ciudad donde la mesa se rige por lo que ofrece el mar, el 7 de Agosto sigue marcando la ruta: quien quiere pescado fresco y precios sin sorpresas, sabe que la parada es aquí.

