CAMPECHE, CAMP. El autismo, muchas veces invisible y malentendido, encontró voz en Pedro Linares, un psicólogo clínico tabasqueño con 47 años, perito del Tribunal Superior de Justicia de Tabasco, abogado fiscalista y contador que decidió narrar su propia experiencia para derribar prejuicios.
Su libro “Entrando al Universo del Autismo: Descubriendo las maravillas del Asperger” no solo se convirtió en bestseller en Amazon, sino que hoy sigue ocupando el puesto número uno, con ediciones en pasta blanda, dura y formato electrónico.
Lo extraordinario no es solo el éxito editorial, sino que el autor escribe desde dentro, vive con autismo grado 1, conocido como síndrome de Asperger. “No es una enfermedad, es una forma de vivir”, afirma. A eso se suma que sus dos hijas también forman parte del espectro autista.
Su testimonio conecta porque muestra lo que casi nadie ve. Para él, lo difícil no es resolver un caso legal o impartir clases de posgrado, sino tareas mínimas que la sociedad da por sentadas. Decir “salud” tras un estornudo, tolerar ruidos o dar un simple clic en una laptop.
“Me quedo suspendido, necesito un impulso para poder hacerlo”, explica sobre su apraxia, una de las manifestaciones de este trastorno.
El libro, publicado el pasado 4 de abril, ya llegó a lectores en Londres, París, Ámsterdam y Roma. Linares lo escribió como parte de su doctorado en psicología clínica y como acto de amor hacia su familia y pacientes.
“Lo hice con el corazón, para que los demás conozcan que el autismo no es una discapacidad que aísla, sino una independencia personal que enseña a ver el mundo de otra manera”, asegura.
En sus páginas también explica las tres formas en que se presenta el espectro, el grado 1, silencioso y sensorialmente discapacitante; el grado 2, que combina dificultades motoras y sensibilidad extrema; y el grado 3, severo, que requiere apoyos permanentes. Esa clasificación, dice, ayuda a entender la diversidad del trastorno y a desmentir la idea de que todas las personas autistas “se comportan igual”.
Nacido en Oaxaca y criado en Veracruz, Linares radica en Villahermosa, donde compagina su vida profesional con la escritura, ya tiene listos 15 libros en proceso. Pero más allá de las cifras, su mayor apuesta es provocar un cambio de percepción.
“Cuando alguien no ve, todos lo identifican y lo ayudan. Con el autismo no pasa eso, nadie abriría la puerta. Y debería ser al revés: necesitamos empatía, no indiferencia”, sostiene.
Su obra es, en el fondo, una invitación a mirar lo invisible. A reconocer que lo que parece distinto no es menos humano. Y a recordar que el silencio del autismo también puede convertirse en un grito poderoso, si alguien se atreve a contarlo.
