CAMPECHE. En charlar con Pedro Linares, un hombre de muchas facetas: psicólogo clínico, contador público, abogado, escritor, pero, sobre todo, alguien que vive con síndrome de Asperger y es padre de dos hijas que también están en el espectro autista.
Su libro, “Entrando al Universo del Autismo: Descubriendo las maravillas del Asperger”, no es solo una obra, sino un testimonio de vida, un puente para conectar mundos y una invitación a descubrir el potencial único de cada persona con autismo.
Pedro nos cuenta que escribir este libro fue una necesidad profunda. “Quise entenderme a mí mismo y a mis hijas,” dice con una calidez que refleja su compromiso.
Su diagnóstico de autismo grado 1, conocido antes como síndrome de Asperger, llegó ya en la edad adulta, tras una batería de pruebas que también revelaron que sus dos hijas compartían la misma condición. Fue un momento clave, un punto de inflexión que lo llevó a buscar respuestas.
“De repente, cosas que parecían inexplicables cobraron sentido,” comparte. Por ejemplo, por qué sus hijas no querían romper la piñata en las fiestas o se mostraban distantes en eventos sociales. O por qué él mismo, desde niño, se sentía ensimismado, tímido, buscando refugio en un rincón cuando la casa se llenaba de familiares.
Ese descubrimiento lo impulsó a estudiar Psicología Clínica, sumándola a sus carreras previas en Contaduría y Derecho.
“Quería comprender el autismo, no solo por mí, sino para apoyar a mis hijas con herramientas terapéuticas,” explica. Su formación le permitió especializarse en trastorno del espectro autista y aplicar ese conocimiento no solo en su consultorio, sino también en su vida diaria. Además, ejerce como perito fiscal en el Tribunal Superior de Justicia de Tabasco, donde combina su expertise contable, jurídica y psicológica, trabajando en casos que van desde temas financieros hasta peritajes sobre autismo.
Hablando del autismo, Pedro Linares nos aclara que no es una enfermedad, sino una manera distinta de existir. “Cada persona en el espectro es un universo único, lleno de retos, pero también de maravillas”, afirma con entusiasmo. Nos explica que el autismo se divide en tres grados.
El grado 1, como el suyo, es silencioso, pasa desapercibido, pero implica un 65 por ciento de discapacidad sensorial, afectando la vista, el oído o la percepción de olores. Asimismo, explica que, el grado 2 combina características autistas con dificultades motoras, como problemas para caminar o sensibilidad extrema al ruido, aunque con terapia muchas personas logran una vida funcional.
Agrega que, el grado 3, o autismo severo, requiere atención especializada, ya que las personas suelen depender de apoyos permanentes. Para ilustrar cómo se vive con autismo, Pedro nos lleva a un escenario cotidiano: una fiesta. “Imagina que llega una persona invidente con su bastón. Todos la identifican, le abren la puerta, le ceden un lugar. Hay empatía inmediata”, dice.
Pero si detrás entra alguien con autismo grado 1, nadie lo nota. “Y, sin embargo, esa persona puede estar lidiando con luces que le lastiman los ojos, bocinas que le aturden, olores que le abruman”.
Nos cuenta cómo, en su caso, podría buscar un rincón lejos del ruido, esperando una silla libre, o cómo una simple pregunta como “¿cómo estás?” podría desatar una
respuesta interminable, porque las personas con autismo suelen no tener filtro. “Necesitamos preguntas específicas, delimitadas, para no perdernos en la respuesta”, añade con una sonrisa.
Pedro también comparte una vivencia que ilustra la apraxia del lenguaje, un desafío común en el autismo. “En esa misma fiesta, si pasa el repartidor de pastel, quiero pedir una rebanada, pero las palabras no salen. Está en la punta de la lengua, pero no lo digo. Me quedo observando, deseando participar, hasta que alguien me ofrece el pastel directamente y entonces puedo responder con un gesto”.
Este tipo de experiencias, dice, son invisibles para los demás, pero marcan la vida de quienes tienen autismo.
El libro de Pedro, nacido de su doctorado en Psicología Clínica, recoge 30 casos de éxito de los 100 que estudió en su consultorio.
“Son historias de personas que llegaron con retos enormes y, con las estrategias adecuadas, hoy estudian, trabajan, viven de manera independiente”, cuenta con orgullo. Su mensaje es claro: el autismo no es un límite, sino una condición que, con apoyo especializado, permite descubrir un potencial extraordinario.
Ahora, Pedro se prepara para llevar este mensaje a Campeche, invitado por una colega del Colegio de Psicólogos de Tabasco. “Me abrieron las puertas, y estoy emocionado”, dice.
PRESENTARÁ SU OBRA EN CAMPECHE
El viernes 19 de septiembre de 2025, a las 11:00 de la mañana, presentará su libro en la editorial del diario CAMPECHE HOY, ubicado en C7, zona Centro, 24000. Ese mismo día, de las 14:00 a 19:00 horas, San Francisco, Campeche, ofrecerá un taller intensivo sobre autismo.
También estará a las 12:30 en la Universidad UNIT, compartiendo con estudiantes. El sábado 20, de 9:00 de la mañana a 14:00 horas de la tarde, dará otro taller en el Centro TDAH en San Francisco, Campeche.
“Invito a padres, terapeutas, médicos, a todos los interesados, a que se unan”, dice con entusiasmo. “Van a encontrar herramientas prácticas, basadas en mi experiencia personal y profesional, para entender y apoyar a las personas con autismo”.
La inscripción es sencilla: solo hay que contactar al número 56 44 10 41 84 o revisar la difusión en CAMPECHE HOY o en la página de Facebook “Mentisnovatea”. “El cupo es limitado para que sea una experiencia cercana, pero está abierto a todos,” asegura.
Antes de despedirse, Pedro deja un mensaje final: “El autismo es una condición, no una enfermedad. No se nace sabiendo cómo atenderlo, pero con empatía y herramientas adecuadas, podemos transformar vidas. Quiero que en Campeche descubran las maravillas del Asperger, como yo las he vivido”.
Su voz refleja una mezcla de convicción y esperanza, invitándonos a mirar el autismo no como un obstáculo, sino como un universo lleno de posibilidades.
