CDMX.- El pulso político de Campeche late con fuerza y, a dos años de la elección de gobernador en 2027, la ciudadanía ha dejado claro un mensaje: Quiere continuidad. La más reciente encuesta de Massive Caller revela que MORENA se mantiene a la cabeza con 42.4% de intención de voto, una cifra que no puede entenderse sin el peso de la actual gobernadora, Layda Sansores San Román, cuyo estilo irreverente, firme y cercano al pueblo ha dejado huella en la vida pública del estado.
No se trata únicamente de números fríos. La percepción social refleja que Layda logró darle un giro a la política campechana, rompiendo inercias y desterrando prácticas de los viejos partidos que hoy apenas sobreviven.
El PRI y el PAN, que durante décadas se repartieron el poder, aparecen relegados con un 7.2% y 8.2% respectivamente. Son sombras del pasado que, incluso en alianza, no alcanzan a encender el entusiasmo ciudadano.
La otra cara de la moneda la protagoniza Movimiento Ciudadano, que se consolida como segunda fuerza con 24.1%. No es casualidad: figuras como Eliseo Fernández y Biby Rabelo alimentan un voto opositor que ya no encuentra cauce en los partidos tradicionales. Sin embargo, su fuerza no logra romper el muro de respaldo que MORENA conserva gracias al sello de Layda Sansores.
El liderazgo interno también es revelador. Mientras en el PAN y el PRI se disputan migajas, en MORENA el nombre de Pablo Gutiérrez Lazaruz se proyecta con una ventaja arrolladora entre los simpatizantes, superando con creces a sus correligionarios. Esta preferencia no es fortuita: es el eco del legado que Layda ha sembrado, un legado que los campechanos perciben como garantía de estabilidad y transformación.
Los números son claros, pero lo más importante es el trasfondo: Campeche no quiere dar marcha atrás. Con una gobernadora que ha hecho del combate frontal a la corrupción, la cercanía con la gente y la dignificación de la política su sello, la ciudadanía se inclina por mantener la ruta. Layda Sansores no solo gobierna el presente; está moldeando el futuro electoral del estado.
La oposición podrá insistir en alianzas y estrategias mediáticas, pero los datos son contundentes: el efecto Layda está vivo, y todo indica que MORENA llegará al 2027 con la ventaja de representar no solo a un partido, sino a la continuidad de un proyecto que la gente respalda en las urnas y en la calle.

