MÉXICO. La estrategia de Petróleos Mexicanos (Pemex) para revitalizar su producción petrolera da un nuevo giro con los contratos mixtos, un esquema que busca combinar el músculo financiero y técnico del sector privado con los recursos de la paraestatal.
De acuerdo al Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, Pemex ha firmado 11 de los 21 contratos contemplados para 2025, con un segundo grupo en proceso de formalización antes de que termine el año.
Sin embargo, la opacidad en los procesos de licitación, las dudas sobre la capacidad de los contratistas y las condiciones financieras de Pemex encienden señales de alerta sobre el éxito de esta ambiciosa apuesta.
El analista Ramsés Pech advierte que, la falta de transparencia en las convocatorias. Se presume que las licitaciones se realizan por invitación directa, un método que, aunque ágil, puede limitar la competencia y la calidad de los participantes.
Pech subraya la importancia de que los “cuartos de datos” de campos como Cuervito, Tamaulipas y Kayab-Pit-Utsil ofrezcan información completa para evaluar la factibilidad de los proyectos. “Un solo dato faltante puede disparar los costos operativos, complicando la recuperación de inversión y las ganancias”, advierte.
El esquema financiero de los contratos mixtos también plantea retos. Según el informe del segundo trimestre de Pemex, los ingresos deben priorizar las obligaciones fiscales, con un tope del 30% para recuperación de costos, una participación proporcional para los contratistas y al menos un 40% para Pemex.
Este modelo, aunque busca garantizar ingresos para la paraestatal, podría desincentivar a inversionistas si los márgenes de ganancia son estrechos, especialmente en campos de alta complejidad técnica.
PLAN ESTRATÉGICO CON CLAROSCUROS
El Plan Estratégico 2025-2030 de Pemex detalla los 21 campos que serán desarrollados bajo este modelo, abarcando desde aguas someras (como Tlatitok-Sejkan y el Casquete de gas Akal) hasta proyectos en tierra (Tupilco terciario, Pánuco) y aguas profundas (Exploratus, Cratos).
La meta es clara: maximizar la extracción de hidrocarburos en geologías complejas, donde la experiencia y los recursos técnicos del sector privado son cruciales. Sin embargo, la premura en la ejecución y la falta de información pública sobre los campos adjudicados y los procesos de licitación generan incertidumbre.
Por su parte, Juan Acra, presidente del Consejo Mexicano de la Energía (Comener), advierte que los adeudos de Pemex con proveedores debilitan su posición negociadora.
“Los recursos que pondrá en concurso están en zonas de difícil explotación, que requieren contratistas con experiencia sólida. La historia de los ‘Contratos Incentivados’ de 2011, que derivaron en asignaciones a empresas sin trayectoria y conflictos financieros, debería ser una lección”, señala.
Cabe destacar que, la deuda de Pemex, que aún arrastra pasivos multimillonarios, podría ahuyentar a socios estratégicos de alto calibre, dejando la puerta abierta a operadores menos calificados.

