MÉXICO- En un hecho histórico, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz, encabezó la apertura de puertas del máximo tribunal, marcando el inicio de una nueva era para el Poder Judicial de la Federación (PJF).
En el Zócalo capitalino, afirmó que la Corte no será guiada por el poder ni el dinero, sino por el servicio al pueblo, con un mandato claro: Erradicar la corrupción, el nepotismo y la deshonestidad.
Durante una ceremonia inédita, ocho de los nueve ministros recibieron el bastón de mando de manos de representantes de comunidades originarias, en un ritual de purificación realizado por médicas tradicionales mazahuas, mixes, zapotecas y wixáricas.
Aguilar Ortiz, de origen oaxaqueño, destacó que este acto simboliza el compromiso de ser “padre y madre del pueblo”, defendiendo a quienes no pueden hacerlo por sí mismos. El ministro Arístides Rodrigo Guerrero García no asistió, convaleciente tras un accidente automovilístico.
Acompañado por figuras como Joaquín Cota Buitimea, gobernador tradicional yaqui, y los gobernadores de Puebla y Oaxaca, Aguilar anunció medidas de austeridad. Informó que el Órgano de Administración Judicial (OAJ) revisará los salarios para que nadie gane más que la presidenta Claudia Sheinbaum, ajustándose al artículo 127 constitucional.
También se eliminarán seguros de gastos médicos mayores y privilegios, con atención médica en el ISSSTE, lo que generará ahorros de hasta 800 millones de pesos anuales.
El ministro presidente subrayó que la reforma judicial ha permitido una mayor representación de los pueblos indígenas, destacando su propio nombramiento como un hito. “Hace un año era inimaginable que un indígena estuviera en este cargo”, afirmó.

