MADRID. Al menos ocho países europeos y funcionarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenaron ayer durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad, la nueva ofensiva de Israel en la franja de Gaza, al advertir que conducirá a más muerte y destrucción.
En contraste, Estados Unidos, miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto, culpó a Hamas y defendió a Tel Aviv, con el argumento de que tiene derecho a decidir lo que es necesario para su seguridad.
Más aún, la representante estadunidense, Dorothy Shea, acusó a las naciones que apoyaron la reunión de este domingo de prolongar activamente la guerra al difundir mentiras sobre Israel.
El gabinete de seguridad del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó el viernes pasado el plan para lanzar una operación a gran escala con el objetivo de tomar la ciudad de Gaza y ocupar toda la franja, lo que desencadenó una ola de críticas tanto a escala nacional como internacional.
Repudio conjunto
En una declaración conjunta, los cancilleres de ocho países: España, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Noruega, Portugal y Eslovenia, afirmaron que la decisión no hará más que agravar la crisis humanitaria y comprometer aún más la vida de los rehenes (israelíes) que quedan en manos de Hamas.
Enfatizaron que la operación militar podría ocasionar una cifra inaceptablemente elevada de víctimas mortales y el desplazamiento forzoso de casi un millón de civiles palestinos, de acuerdo con una copia de la declaración difundida por la cancillería española.
Durante la reunión celebrada ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el plan de Israel, el secretario general adjunto de Naciones Unidas, Miroslav Jenca, advirtió que si estos planes se ponen en marcha, probablemente desencadenarán otra calamidad en Gaza, con consecuencias en toda la región y más desplazamientos forzados, asesinatos y destrucción.

