CAMPECHE, CAMP. En el estado, el comercio ilegal de carey —la valiosa concha de la tortuga marina en peligro crítico de extinción— no cesa, y con ello crece la amenaza para esta especie protegida, alertó la bióloga Dayna Miranda Pérez. Apenas el 28 de julio se reportó en redes la oferta de una peineta de campechana hecha con carey, un delito federal que no debe ser ignorado ni fomentado por la ciudadanía.
La bióloga quien trabaja con campamentos tortugueros y grupos conservacionistas, explicó que lamentablemente aún hay personas que se dedican a vender carne, concha y otros productos derivados de la tortuga Eretmochelys imbricata, a pesar de que su comercialización está prohibida y castigada por la ley.
“Lo adecuado es que quienes detecten estas ventas hagan la denuncia ante Profepa, que es la autoridad responsable, y pueden hacerlo de forma anónima”, indicó. Reiteró que ese esencial siempre aportar detalles como lugar, nombres y evidencias para que autoridades puedan actuar y no solo evidenciarlo en redes o hablarlo de boca en boca lo cual no detiene este delito.
Por otra parte, alertó a los vendedores para que modifiquen sus métodos. Por eso, insistió en la importancia de la colaboración ciudadana para acabar con esta práctica. La compra y venta de carey alimenta la demanda que impulsa la matanza y la pérdida acelerada de la tortuga carey, una especie enlistada en la norma 059 y 162 de SEMARNAT como en peligro crítico.
SI COMPRAS, ESTÁS MATANDO
“Si no hay mercado para estos productos, la cacería disminuirá y podremos conservar mejor estos animales”, recordó Miranda Pérez. Hasta ahora, solo hay un caso, pero ha sido suficiente para cobrar atención en la antesala de las festividades de octubre, la bióloga advierte que es común que en estas fechas se intensifique la venta ilegal. Por ello, exhorta a la población a no comprar productos derivados del carey y a reportar cualquier actividad sospechosa para proteger el patrimonio natural de Campeche.
Los campamentos tortugueros, junto con grupos ambientalistas como Profauna A.C., continúan vigilantes y realizando labores de conservación, pero recalcan que la responsabilidad también recae en la sociedad. Denunciar y no fomentar la compra es la clave para detener el comercio ilegal y evitar que esta joya marina desaparezca para siempre.
