CAMPECHE, CAMP. Desde el 29 de diciembre de 2024, cuando el techo de la parroquia de San Luis Obispo en Calkiní colapsó, el silencio en el templo se ha llenado con el sonido pausado pero constante del trabajo: una limpieza de escombros que avanza lenta pero segura.
Durante una entrevista, el Administrador Diocesano, el padre Marcos Rubén Cohuó Muñoz, reveló que los trabajos siguen en marcha y aunque el avance es gradual, el compromiso con la seguridad y la preservación del patrimonio es prioridad absoluta.
La limpieza ha enfrentado la dificultad añadida de las lluvias, que suavizan el polvo y hacen el trabajo más pesado, pero no han detenido a los obreros. “Desde que comenzaron, no han parado”, reconoció el presbítero.
TRABAJOS LLEVAN TIEMPO Y FÉ
El administrador diocesano enfatizó que esta obra se realiza con recursos del seguro proporcionado a la iglesia, por lo que los tiempos están marcados por procedimientos y la necesidad de garantizar la calidad y seguridad. “Podría durar un año o hasta dos, pero lo importante es que se avanza, paso a paso, por el bien de la comunidad de Calkiní”.
Mientras tanto, los escombros se levantan con cautela. La labor comenzó formalmente el 9 de mayo con la separación y retiro de piedras, junto con el rescate de las valiosas imágenes. Y hasta el día de hoy, dichos trabajos no han terminado, pues tras el colapso de 19 metros del techo —de un total de 36—, el INAH ordenó demoler los 17 metros restantes el pasado 18 de junio.
Sin embargo, el padre Fernando, reiteró que las acciones han sido lentas en parte por la protección que se le está dando al retablo mayor. Esto pues retiraron y resguardaron varias imágenes como la Santísima Trinidad, Cristo Resucitado, Santo Niño de Atocha y el Cristo de la Columna; San Fabián, San Luis Obispo y San José; Santo Domingo de Guzmán, la Purísima Concepción de María y San Francisco de Asís y; en el remate se ve a Cristo Crucificado y el Espíritu Santo; y Virgen de la Concepción y el Sagrado Corazón.
PROTECCIÓN A FIELES
Por otra parte, el padre del recinto en Calkiní, Fernando Manzo Barajas, indicó que pronto podría iniciar el colado del nuevo techo. Esto pues el INAH está alistando un techo provisional en los patios de la parroquia, para proteger a la comunidad y a los trabajadores de posibles caídas de piedras o polvo durante las obras.
Esta medida es un claro indicio de que la reconstrucción está cada vez más cerca. Informó que, por esta razón, el ritmo del levantamiento de escombros ha sido menor en algunos momentos, debido a la complejidad del proyecto. Además, por que requerirá preparar la cimbra, para después seguir con el emparrillado.
La paciencia, la fe y la dedicación marcan este proceso que, aunque lento, garantiza que la parroquia de San Luis Obispo volverá a brillar con la misma fuerza que antes, quizá incluso más fuerte, porque su reconstrucción no es solo física, sino un símbolo de unión y esperanza para toda la comunidad.

