CAMPECHE, CAMP. “Pedimos a Dios un nuevo pastor.” Esa es la oración que, desde hace meses, recorre los pasillos de las parroquias en Campeche. La súplica se cuela en los rosarios, en las misas, en cada vela encendida.
Desde abril de 2025, cuando monseñor José Francisco González fue trasladado a Chiapas como Arzobispo, la Diócesis vive una etapa sin obispo y, aunque la vida eclesial no se detiene, la ausencia se siente. Así lo informó el Administrador Diocesano, Marcos Rubén Cohuó Muñoz.
El es quien lleva ahora el timón. Con serenidad y compromiso, explica que este tipo de procesos pueden tardar meses o incluso años. “Solo Dios sabe cuándo llegará el momento”, dice con honestidad.
Mientras tanto, a él le corresponde mantener en marcha la administración eclesiástica, aunque hay decisiones —como los cambios de párrocos— que no puede tomar, porque son exclusivas del obispo titular.
UN LARGO PROCESO
El proceso de elección no es simple, implica escrutinio, consultas, preparación de candidatos, presentación de una terna al Papa y, finalmente, la decisión del Santo Padre. Por eso, el padre Marcos invita a la comunidad a orar y a prepararse espiritualmente para recibir al nuevo obispo, cuando llegue su momento.

