Carlos Villagrán, el eterno ”Kiko” de El Chavo del 8, se subió al escenario del Mega Circus en el MallPlaza Bellavista de Callao, Perú, a sus flamantes 81 años, para darle vida una vez más al niño de cachetes inflados que todos amamos (o al menos, recordamos con cariño).
Con su característica gorra de marinero y esa voz que parece salida de un globo a punto de reventar, Villagrán anunció que este sería el adiós definitivo a ”Kiko”, un personaje que lleva cargando desde 1973 como si fuera su propio ADN. Pero, ¡chanfle!, el público no sabe si aplaudir la nostalgia o reírse de la promesa, porque esta no es la primera vez que el comediante jura colgar los cachetes.
El Mega Circus, un espectáculo que mezcla payasadas para niños y guiños para adultos que crecieron con la vecindad, arrancó el 25 de julio y promete mantener a ”Kiko” en escena hasta el 9 de agosto.
Los peruanos, que según Villagrán lo aman con locura, llenaron las gradas y no dudaron en grabar cada pirueta del comediante.
Los videos se viralizaron más rápido que un chisme en la vecindad, mostrando a un ”Kiko” entrado en años, pero con la misma energía para gritar “¡Es que no me tienen paciencia!”.
Entre el público, las risas se mezclaban con suspiros nostálgicos, mientras Villagrán agradecía: “Estoy contento de volver a Lima, porque los peruanos me piden volver”. Claro, Carlitos, pero ¿y esa despedida que prometiste?Las redes sociales, como siempre, fueron un campo de batalla. Por un lado, los fans de hueso colorado aplaudieron la trayectoria de Villagrán, celebrando que a sus 81 años siga dando tumbos como Kiko.
Pero, ¡aguas!, porque los críticos no se quedaron callados. En TikTok, el medio argentino C5N compartió un video que desató comentarios más filosos que las tijeras de Don Ramón.
“¿Nunca hizo plata que tiene que seguir así?”, “Desde el 2000 hace su tour del adiós”, y hasta un “¡Ni mi ex se atrevió a tanto!”. Algunos incluso lo acusaron de estar atado al personaje por un “karma” tras las viejas rencillas con Chespirito.
Parece que el adiós de Kiko es como las deudas de la renta: nunca se terminan de pagar. Para quienes no lo conocen (¿en qué vecindad han estado viviendo?), Carlos Villagrán es más que un cachetón con voz chillona. Nacido en 1944 en la Ciudad de México, empezó como fotógrafo callejero junto a su padre, pero su destino cambió cuando se coló al mundo de la televisión.
En 1970, una reunión con Rubén Aguirre lo llevó a conocer a Roberto Gómez Bolaños, el genio detrás de El Chavo del 8. De ahí nació ‘Kiko’, el niño presumido que se robó el corazón de Latinoamérica en los 70, aunque también protagonizó polémicas que lo alejaron del elenco original.
Desde entonces, Villagrán ha vivido de la mano de su personaje, llevándolo a circos, escenarios y hasta el corazón de los memes.
Y así, entre aplausos, críticas y un mar de “¡Ya párale, Kiko!”, Villagrán sigue estirando su despedida como si fuera chicle de los que vendía el Chavo.
En Lima, el público peruano lo recibió con los brazos abiertos, pero en las redes, la pregunta sigue flotando: ¿será este el verdadero adiós de ”Kiko” o solo otro capítulo de esta comedia sin fin? Por lo pronto, el Mega Circus sigue, y Villagrán, con sus 81 años, demuestra que, aunque el cuerpo envejezca, el espíritu de ”Kiko” sigue tan inflado como sus cachetes. ¡Qué no panda el cúnico!

