C A R M E N , CAMP.- El radiante sol de la mañana, se reflejaba a través de la puerta principal del Santuario Mariano Diocesano, en tanto las campanas replicaban sin cesar, anunciando la presencia de la Stella Maris, la Virgen del Carmen.
En la Plaza Cívica, miles personas de todas las edades se remolinaban preparando sus cámaras, para tener el mejor ángulo del paso de la reina y patrona diocesana.
Los hipiles de fiesta eran portados con gallardía por decenas de mestizas provenientes de Yucatán y municipios de Norte de Campeche, que fieles acuden año con año a esta celebración.
Los custodios de la imagen de la Virgen del Carmen, abren paso para permitir el avance de la imagen, que es vitoreada y aplaudida en su camino.
Los hijos del mar, con su tez morena por los rayos del sol, se suman en miles que acompañan a su madre, la Virgen del Carmen, en esta procesión para bendecir a la Isla, en su recorrido por tierra.
Las sombrillas buscan resguardar a las personas de los intensos del sol, quienes a su vez con aguas, sueros, refrescos y saborines, intentan mitigar la sed que les provoca el calor.
Hoy no hay carmelitas, campechanos, yucatecos o foráneos, todos están unidos en su veneración a la Virgen del Carmen, por ello han viajado de todas la latitudes para estar presentes en su fiesta.
La Virgen Carmen es trasladada al estadio Resurgimiento, en donde se lleva a cabo la celebración eucarística, para posteriormente iniciar su regreso a su Santuario.
Se cumple una vez más la tradición, María en su advocación de la Virgen del Carmen acude a su cita para bendecir esta tierra, la Perla del Golfo que la honra y la venera.

