CDMX.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió contundentemente a las recientes declaraciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien afirmó que los cárteles de la droga controlan gran parte del territorio mexicano y que las autoridades del país están “petrificadas” ante esta situación.
“Claro que no tenemos miedo”, aseguró Sheinbaum, defendiendo la autonomía y la capacidad del gobierno mexicano para enfrentar los desafíos de seguridad.
La mandataria rechazó cualquier insinuación de subordinación o temor frente a los grupos criminales, subrayando que México es un país soberano que trabaja en colaboración con otras naciones, pero sin aceptar injerencias extranjeras.
“Colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar”, afirmó, en referencia a propuestas previas de Trump sobre enviar tropas estadounidenses a México para combatir el narcotráfico.
Las declaraciones de Trump, realizadas el pasado 4 de mayo desde el Air Force One, generaron controversia al asegurar que Sheinbaum había rechazado su oferta de apoyo militar porque “le tiene tanto miedo a los cárteles que no puede pensar con claridad”.
Estas afirmaciones se suman a una serie de comentarios del expresidente, quien en diciembre de 2024 anunció su intención de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, una medida que podría justificar acciones unilaterales de Estados Unidos en territorio mexicano.
Sheinbaum, desde Sinaloa en diciembre pasado, ya había respondido a esta postura, enfatizando que México no aceptará intervencionismos. “Somos un país independiente y soberano”, reiteró en aquella ocasión, un mensaje que volvió a reforzar hoy ante las nuevas críticas de Trump.
El gobierno mexicano ha intensificado sus esfuerzos para combatir la inseguridad, con estrategias enfocadas en la prevención del delito y el fortalecimiento de las instituciones, aunque persisten los retos frente a la violencia ligada al narcotráfico.
Las declaraciones de Trump han sido interpretadas por analistas como un intento de presionar a México en temas de migración y comercio, además de seguridad, en el contexto de su reciente campaña política.

