CAMPECHE. Cuando el cielo comenzó a oscurecer en plena tarde, nadie imaginó que la rutina diaria en Campeche terminaría bajo el agua. En menos de una hora y media, la ciudad fue azotada por una fuerte lluvia que transformó calles en auténticos ríos urbanos, sorprendiendo a conductores, peatones y familias que apenas intentaban llegar a casa.
Ante esto, la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana encendió las alertas casi de inmediato, pidiendo a la población evitar circular por puntos conflictivos como la calle Pocxayum con Tixmucuy, en la unidad habitacional Solidaridad Urbana, o la intersección de López Portillo con la Subestación, donde los encharcamientos pusieron en riesgo incluso a vehículos de gran tamaño.
Aunque el aguacero fue breve pero implacable. Mientras algunos apenas lograban buscar resguardo bajo marquesinas o techos improvisados, el agua ya se abría paso con fuerza en otras zonas como la avenida Concordia por Pablo García, Emiliano Zapata, Álvaro Obregón y la antigua carretera Campeche–Mérida, entre otras.La movilidad colapsó y la vida cotidiana quedó en pausa por una tormenta que no dio tregua.
Los reportes no tardaron en llegar. El 911 recibió múltiples llamadas por autos varados, casas con patios convertidos en lagunas y transeúntes atrapados bajo los aguaceros. Elementos de la corporación acudieron a los puntos más afectados para atender emergencias, brindar apoyo y monitorear que el nivel del agua no siguiera subiendo peligrosamente.

