MÉXICO.– La crisis de Petróleos Mexicanos (Pemex) no es un secreto, pero señalar a los responsables de su debacle sigue siendo una deuda pendiente con el pueblo de México. Durante su conferencia matutina “La Mañanera del pueblo”, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue contundente: la peor situación financiera de Pemex ocurrió durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando la empresa fue descapitalizada y su deuda creció hasta niveles insostenibles.
Mientras la oposición, particularmente el PRI y el PAN, intenta desacreditar los esfuerzos de la Cuarta Transformación para rescatar a la paraestatal, Sheinbaum ha dejado claro que la transformación de Pemex va “hasta el tuétano”.
Con una visión a 40 años, que incluye la integración vertical, el fortalecimiento de la petroquímica y la garantía de contratos, el gobierno actual está corrigiendo los errores de quienes saquearon a la empresa en nombre de la modernización.
Es hora de que la oposición rinda cuentas por sus malos manejos y deje de obstaculizar el renacimiento de un pilar de la soberanía nacional.
La presidenta Sheinbaum no titubeó al señalar al sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) como el periodo en que Pemex tocó fondo. Durante esos seis años, la deuda de la paraestatal se disparó un 91.9%, pasando de 1.1 billones de pesos en 2012 a más de 2.1 billones en 2018, según datos oficiales.
Esta descapitalización no fue un accidente, sino el resultado de una estrategia deliberada que priorizó la apertura del sector energético a privados, a través de la Reforma Energética de 2014, sobre la fortaleza de la empresa estatal.
“Se descapitalizó y creció la deuda”, afirmó Sheinbaum, recordando cómo las políticas priistas dejaron a Pemex en una situación de vulnerabilidad que aún hoy representa un desafío monumental.
