CAMPECHE, CAMP. Las lluvias tan esperadas por los campechanos terminaron por destapar un problema que lleva años gestándose en silencio: los desechos urbanos, acumulados en calles, baldíos y banquetas, están siendo arrastrados sin piedad hacia las costas.
Ahí, donde las tortugas buscan anidar y los manatíes apenas sobreviven, ahora flotan colchones, llantas, botellas y hasta inodoros. Un golpe directo a la biodiversidad costera… y a nuestra propia salud. Así lo informó Dayna Miranda, bióloga y defensora de la vida marina.
Por lo que lamentó que la lluvia no solo traiga agua, también basura urbana que va directo al mar, afectando todo lo que toca.
A pesar de los esfuerzos de voluntarios y campamentos tortugueros que han limpiado las playas una y otra vez, hoy las olas devuelven el descuido colectivo.
“Ya lo hemos visto. Las lluvias intensas que todos esperaban están arrastrando todo lo que se acumuló por semanas, meses y años: desde colchones, botellas, bolsas de plástico. Esto no es nuevo, pero sí cada vez más grave”, expresó la especialista.
LOS HUMANOS TAMBIÉN SUFREN
Por si fuera poco, la amenaza se extiende no solo para estas especies marinas, sino también para campechanos, quienes están en contacto con el vertedero de detergentes de las casas y otros contaminantes que nadie ve pero que ahí están. Son los residuos del día a día que bajan por las calles, pasan por las alcantarillas y terminan… en el mar.
