CAMPECHE, CAMP. Habitantes de Ukum, comunidad enclavada en el corazón de Hopelchén, llegó a las instalaciones de CFE para protestar de manera pacifica por las afectaciones de luz que siguen afectando su vida diaria. Y es que la electricidad se ha convertido en una promesa tan lejana como los postes que hoy están escondidos en el monte.
Ante esto, el presidente de la Junta Municipal, Marcelo Chan Ehuán, acompañado de comisarios ejidales, salió a exigir algo que debió atenderse hace años: el cambio urgente del tendido eléctrico. Pues ahí entre la maleza y los árboles caídos por las lluvias, se extiende una línea eléctrica mal trazada que lleva casi tres décadas condenando a sus habitantes a la oscuridad, el deterioro y el olvido.
Y no es exageración. Cada apagón –y son frecuentes– deja a decenas de familias sin alimentos conservados, sin agua potable, sin medicamentos refrigerados y, en el peor de los casos, sin posibilidad de nebulizar a los más vulnerables. En un acto desesperado, El problema no nació ayer. La línea eléctrica antes corría paralela a la carretera, visible, accesible.
Pero tras la ampliación del tramo vial, los postes quedaron relegados entre el monte, y con ellos, los problemas comenzaron a crecer como la hierba.
