CAMPECHE, CAMP. El mar no da paso. Con el puerto de Isla Arena cerrado a la navegación, las lanchas duermen amarradas en la orilla, lejos de las redes y del pan diario. Por precaución, los pescadores han asegurado sus embarcaciones, temerosos de que las marejadas terminen por tragárselas. Pero en tierra firme, la espera no es menos dura: no hay pesca, no hay ingresos y hay más de 300 familias afectadas.
Y es que, Conagua indicó que las lluvias seguirán, por lo que podría haber más afectaciones a la costa. Ante esto, José Alberto Escalante y Abraham Molas, representantes del sector de las comunidades de Isla Arena y Tankuché pidieron apoyo a los tres niveles de gobierno, pues viven del mar y por ahora sus labores están en pausa.
Destacaron que, necesitan apoyo para otra fuente de ingresos que les permita llevar el sustento a casa. Sin embargo, reconocieron que, pese a las condiciones climatológicas, hay quienes aún se arriesgan a salir a altamar, por que es cuando el mar se revuelve y hay mejor pesca. Pero señalaron que no muchos desean exponer sus vidas, por lo que requieren de un apoyo.
No es la primera vez que el clima los pone a prueba, pero esta vez, con las ondas tropicales en puerta y sin fuente de ingreso, el panorama se oscurece más rápido que el cielo en tormenta.
