CAMPECHE.- Rodolfo Herrera Charolte, reconocido politólogo y escritor, compartió en una entrevista exclusiva con Campeche Hoy su perspectiva sobre la controversia desatada por los ataques mediáticos contra la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, y la reciente intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum en defensa del estado.
Para Herrera, este “blindaje” no implica censura, sino un esfuerzo por proteger la dignidad de las personas frente al abuso de ciertos medios y periodistas que, bajo el pretexto de la libertad de prensa, desvirtúan el debate público con ataques personales.
Herrera Charolet explicó que la narrativa de algunos medios, que acusan al gobierno de Puebla y Campeche de impulsar leyes de censura, es una distorsión interesada. En el caso de Sansores, los ataques no se centran en su gestión, sino en aspectos personales irrelevantes como su edad, estatura, color de piel o incluso especulaciones sobre su vida privada.
“Es legítimo disentir, pero el problema surge cuando se desvía la discusión de lo sustantivo —la función pública— hacia la persona. Criticar si hay corrupción o evaluar el desempeño de un derecho, pero ofender no es libertad de prensa, es abuso”, afirmó con firmeza.
El politólogo subrayó que la intervención de la presidenta Sheinbaum, al respaldar a Sansores, no busca silenciar a la prensa, sino reforzar que no existe una ley de mordaza en Campeche ni en Puebla. “La libertad de prensa debe conducirse con normas de respeto.
El artículo sexto de la Constitución no ampara el derecho a ofender o acosar. La ley no limita la crítica, sino que acota los excesos que atentan contra la dignidad individual”, señaló, destacando que el blindaje estatal protege a los ciudadanos, no solo a los funcionarios.
Herrera también abordó el concepto de ciberacoso, un fenómeno que, según él, va más allá de los ataques a figuras públicas. En Puebla, desde el 13 de junio, se prohibió el asedio digital, una práctica que compara con las tácticas de bancos como Azteca o Coppel, que hostigan a deudores con mensajes y llamadas constantes.
“El asedio no es solo acoso sexual; incluye el ciberacoso en redes sociales o WhatsApp, como el caso de un maestro que usó plataformas digitales para acosar a menores la semana pasada. Regular esto no es censura, es proteger a las víctimas”, argumentó.
El escritor criticó a los periodistas que, por falta de preparación en el debate democrático, recurren a falacias como la ad hominem, que ataca a la persona en lugar de sus argumentos, o la hombre de paja, que generaliza problemas para desviar la atención.
“Decir ‘el gobierno es corrupto’ sin pruebas es una falacia de generalización. La crítica debe ser específica, fundamentada, no un linchamiento mediático”, enfatizó.
En este sentido, defendió que las reformas legales en Puebla y Campeche no crean nuevas leyes de censura, sino que modifican artículos penales para tipificar el ciberacoso y el asedio, protegiendo a todos los ciudadanos, no solo a los gobernantes.
Herrera Charolet reconoció que la libertad de prensa es un pilar de la democracia, pero insistió en que no puede ser una licencia para el acoso. “Puedo seguir siendo crítico, como lo he sido en este y otros medios, pero con cuidadode no caer en la complacencia ni en la falacia.
El poder corrompe, y es nuestro deber señalarlo, pero sin desvirtuar el debate con ataques personales”, expresó. Para él, la regulación del ciberacoso no inhibe la crítica legítima, sino que fomenta un periodismo más responsable y ético.
