CDMX – Desde que Donald Trump asumió su segundo mandato el 20 de enero de 2025, sus agresivas políticas migratorias han encendido alarmas en todo el mundo, poniendo en riesgo la celebración del Mundial de Fútbol 2026, que Estados Unidos compartirá con México y Canadá.
Con órdenes ejecutivas que restringen la entrada de ciudadanos de diversos países y promueven deportaciones masivas, el ambiente de incertidumbre ha llevado a jugadores, equipos y aficionados a cuestionar la seguridad de viajar a suelo estadounidense, generando temores de un posible boicot que podría trastocar uno de los eventos deportivos más importantes del planeta.
INICIO DE MANDATO MARCADO POR LA MANO DURA
Apenas horas después de su investidura, Trump firmó una decena de órdenes ejecutivas centradas en endurecer las políticas migratorias, según reporta el American Immigration Council. Entre ellas, destacan la suspensión del programa de asilo en la frontera sur, la reimplementación del programa “Quédate en México” y la ordende deportaciones masivas, inspiradas en la operación “Wetback” de 1954.
Además, un decreto del 9 de mayo de 2025 busca agilizar procesos migratorios bajo la excepción de “asuntos exteriores” de la Ley de Procedimiento Administrativo, lo que otorga al Departamento de Estado un control sin precedentes sobre la entrada de extranjeros.
Estas medidas, calificadas por el Center for American Progress como una “crueldad” que desgarra comunidades, han generado un clima de hostilidad hacia los migrantes, justo cuando Estados Unidos se prepara para acoger 104 partidos del Mundial 2026, incluyendo la final en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. “Trump ha priorizado el espectáculo político por encima de la seguridad y la unidad”, señala Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute.
TENSIÓN EN EL HORIZONTE DEL MUNDIAL
La política migratoria de Trump ha desatado especulaciones sobre su impacto en el Mundial. Según El Nuevo Herald, la orden ejecutiva que prohíbe la entrada de ciudadanos de 12 países y restringe el acceso a personas de otros siete ha generado preocupación entre federaciones de fútbol y aficionados.
Países como Irán, Siria y Venezuela, habituales en torneos internacionales, enfrentan vetos que podrían impedir la participación de sus selecciones o limitar el acceso de sus hinchas.
