CDMX – La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de duplicar los aranceles al acero y aluminio mexicanos, elevándolos del 25% al 50%, ha encendido las alarmas en México.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) calificó esta medida como un “acto unilateral” que no solo pone en peligro miles de empleos e inversiones clave, sino que también socava el espíritu de cooperación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En un contexto de creciente incertidumbre económica, la patronal advierte que esta política proteccionista amenaza la competitividad de sectores estratégicos como el automotriz y el manufacturero, fundamentales para la integración económica de América del Norte.
El presidente de Coparmex, Juan José Sierra Álvarez, señaló que el 75% del acero producido en México tiene como destino Estados Unidos, lo que convierte a este mercado en un pilar esencial para la industria siderúrgica nacional.
“Esta tarifa del 50% compromete miles de empleos y pone en riesgo inversiones esenciales para el desarrollo económico de la región”, afirmó Sierra Álvarez. La medida, según el organismo, representa un “retroceso grave” en la integración económica de América del Norte, al ignorar la interdependencia de las cadenas productivas que han fortalecido la resiliencia económica frente a los desafíos globales.
La Coparmex destacó que la relación comercial en el sector del acero es profundamente interconectada. En 2024, Estados Unidos registró un superávit comercial de 4 mil millones de dólares y 2.3 millones de toneladas en productos terminados de acero con México.
Además, más del 52% de las exportaciones de acero estadounidenses tuvieron como destino México, mientras que el 35% de sus importaciones provinieron de México y Canadá.
“Resulta incomprensible que se invoquen argumentos de seguridad nacional para justificar una medida que perjudica a los propios aliados estratégicos de Estados Unidos”, cuestionó la patronal, subrayando que esta interdependencia ha sido un motor de crecimiento económico para ambos países.
El impacto de los aranceles no se limita al sector siderúrgico. Industrias clave como la automotriz, que depende en gran medida del acero y el aluminio mexicanos, podrían enfrentar un aumento en los costos de producción, lo que afectaría su competitividad en el mercado global.
Asimismo, el sector manufacturero, que ha sido un pilar del nearshoring en México, enfrenta el riesgo de perder atractivo para los inversionistas, quienes ya han manifestado cautela ante la incertidumbre generada por estas medidas, según reportes de desarrolladores inmobiliarios.
“Estos aranceles no solo afectan a los productores de acero, sino a toda la cadena de valor que impulsa la economía de América del Norte”, advirtió Sierra Álvarez.
La decisión de Trump, que entró en vigor como parte de una estrategia para reforzar la producción interna de Estados Unidos, ha sido interpretada por analistas como un retorno a las políticas proteccionistas de su primera administración.
Sin embargo, la Coparmex argumenta que estas medidas contradicen el espíritu del T-MEC, un acuerdo diseñado para promover el comercio justo y la cooperación entre las tres naciones.
“El comercio basado en reglas claras y justas debe prevalecer sobre visiones proteccionistas que distorsionan el mercado”, señaló el organismo, enfatizando la necesidad de certeza jurídica y colaboración bilateral para enfrentar los retos económicos globales.
