CAMPECHE, CAMP. Este fin de semana, el Deportivo 20 de Noviembre no fue solo un lugar para hacer deporte. Las canchas techadas se transformaron en un colorido escenario de aromas naturales, trueques ecológicos y conversaciones con conciencia. Allí, latas de aluminio y botellas de PET se intercambiaron por plantas, libros y ropa usada. Todo formó parte de la EcoFeria Balam Beh, una iniciativa que no solo celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, sino que propuso algo más profundo: recuperar el vínculo que hemos perdido con la Tierra.
Ante esto, la titular de Semabicce, Joselyn Durán, reveló que, más de más de 70 puestos dieron vida a esta feria que, lejos de ser un evento de escaparate, se sintió como una gran reunión de vecinos que creen que todavía hay tiempo para cambiar.
Productores ofrecieron desde miel de melipona, herencia viva de la cultura maya, hasta alimentos agroecológicos nacidos de programas como “Sembrando Vida”. Artesanos exhibieron piezas hechas con residuos reciclados, mientras talleres invitaron a reflexionar sobre todo esto.
“El cuidado del medio ambiente no es solo cada 5 de junio, es diario. Está en lo que consumimos, en lo que desechamos, en cómo actuamos”, dijo Durán mientras inauguraba con entusiasmo la primera de muchas ecoferias planeadas.
El enfoque fue claro: no se trataba solo de aprender a reciclar, sino de darle sentido a los objetos, de entender que una prenda de ropa no es solo moda, sino también litros de agua y químicos usados para teñirla; que una botella vacía puede convertirse en alimento para alguien más, si el sistema permite el intercambio justo.
