CAMPECHE, CAMP. Mientras gran parte del país ya volvió a su rutina después de las elecciones, en un salón del Instituto Nacional Electoral en Campeche, los ojos no descansan, los lápices no dejan de anotar y las computadoras siguen parpadeando con números que, más que cifras, representan decisiones de miles de personas. Cuatro elecciones ya han sido contadas en su totalidad. Solo falta una más. Y la marcha, según las autoridades, va sin tropiezos.
Ante esto, Omar Valle Flores, vocal ejecutivo del 01 Distrito del INE, reveló que, más de 140 personas trabajan en 10 grupos para terminar el cómputo judicial, una tarea titánica que abarca seis procesos diferentes: desde la Suprema Corte hasta jueces y magistrados de circuito.
El avance actual es del 30% en la quinta elección, correspondiente al Tribunal Colegiado con sede en Campeche, y se espera que para mañana por la tarde se tengan los resultados definitivos, aunque los oficiales se darán a conocer el 15 de junio.
“Vamos de acuerdo a lo planeado… quizá incluso un poco adelantados”, afirma, mientras observa a su equipo moverse con agilidad. Desde la noche del mismo día de la elección —el 2 de junio— comenzaron los trabajos sin detenerse. Las cifras no se improvisan, se comprueban. Y eso, dice, es lo que garantiza una democracia real.
Los cómputos se transmiten en vivo por YouTube y están acompañados por observadores electorales acreditados, miembros del Servicio Profesional Electoral, así como consejeras y consejeros ciudadanos. Todo está sujeto a una cadena de custodia rigurosa, desde las actas hasta los paquetes. Nada se deja al azar. Nada se oculta. La transparencia es la consigna.
“No ha habido ningún contratiempo, ningún problema… Todo ha sido muy limpio”, insiste Valle Flores. Y lo dice con el respaldo no solo de su equipo, sino del ambiente de concentración, donde cada papel importa. En una elección judicial —menos conocida, pero no menos relevante—, el cuidado es aún más necesario.
Esta vez no hubo sobresaltos, ni conflictos. Solo horas y horas de trabajo técnico, silencioso, vigilado, respetuoso del proceso. Porque así, con personas que leen números con la seriedad de quien lee el destino de su comunidad, la democracia no solo se vota: también se construye acta por acta.
