CAMPECHE, CAMP. El cielo luce limpio, despejado. Mientras los termómetros rozan los 43 grados centígrados, campechanos miran al horizonte esperando algo más que calor. Pero no, la lluvia no llega, y no lo hará, al menos no antes de junio. La esperanza de un respiro se evapora junto con el sudor de quienes salen a trabajar bajo un sol inclemente que parece no tener tregua.
La Secretaría de Protección Civil (SEPROCI) ha encendido las alarmas, al emitir una alerta por calor extremo. En las calles, el concreto arde, los autos se vuelven hornos y los cuerpos resisten como pueden. Las recomendaciones son claras: hidratarse, buscar sombra y evitar salir entre las 11:00 y 16:00 horas.
Pero la vida, como el calor, no se detiene. Y mientras tanto, en otras regiones del país como Chiapas, Veracruz y Oaxaca, está pronosticado que el agua si caerá con fuerza, trayendo granizo, inundaciones, y todo lo que aquí sería recibido como una bendición.
Y es que tanto calor, se debe a un sistema de alta presión que se extiende desde las Bahamas hasta la Península de Yucatán mantiene a raya a las lluvias. Es como una tapa caliente que no deja escapar ni una nube generosa.
La SEPROCI advierte que las temperaturas seguirán entre 39 y 43 grados en gran parte del territorio campechano. Y aunque podría caer alguna que otra lluvia aislada, no hay nada significativo en el radar. Por lo que pide tomar medidas para evitar afectaciones.
Todo apunta a junio como el mes en que el clima podría empezar a cambiar. Pero no será inmediato ni constante. La onda de calor persistirá y, aunque un ciclón tropical en el Pacífico está generando movimiento en el sistema meteorológico, no impactará directamente al estado. Su única contribución serán algunas lluvias ligeras, en el mejor de los casos.
