CAMPECHE, CAMP. No hay alambre de púas, pero el encierro es real. Desde este martes, más de 575 mil cabezas de ganado bovino, 81 mil cerdos, siete millones de aves, 126 mil ovejas y siete mil cabras están atrapados en los límites de Campeche. No pueden cruzar ni un solo estado hacia el norte. El gusano barrenador ha cerrado el paso y el futuro de los ganaderos se tiñe de incertidumbre.
Y es que, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), activó esta prohibición urgente ante los 184 casos registrados de gusano barrenador. Sin embargo, esta situación, para los productores del campo significa pérdidas inminentes, estrés en los animales y una amenaza latente: la propagación de una lavar que los debilita y condena.
UNA ECONOMÍA GANADERA PARALIZADA
Campeche no es cualquier estado ganadero. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), es hogar de una gigantesca población animal que ahora se encuentra en cuarentena obligatoria.
El hato bovino, que supera el medio millón de cabezas, es el corazón de la economía rural, pero no es el único afectado. También lo están las granjas porcinas, los galpones avícolas, los rebaños ovinos y caprinos. Todo un ecosistema productivo detenido por un enemigo microscópico.
El gusano barrenador ya no es solo una amenaza sanitaria: es un factor de riesgo económico y social. La plaga ha obligado a frenar los traslados hacia la Zona Libre —Sonora, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas—, una franja crucial para la exportación de carne y comercio interestatal.
LA VIDA EN PAUSA
En los ranchos campechanos, lapreocupación se ha colado como el polvo en la tierra seca. “¿Y ahora qué vamos a hacer con tanto animal que no podemos mover?”, se preguntan ganaderos del municipio de Hopelchén.
