CAMPECHE, CAMP. Por fin, el cielo se abrirá. Y no para dejar pasar más fuego, sino para aliviar a un pueblo sofocado por el calor. Con temperaturas que han rozado los 42 grados durante la semana, Campeche ha vivido jornadas agotadoras, pero todo apunta a que la naturaleza, por fin, se apiada: el frente frío número 42 se acerca y, con él, la posibilidad de un pequeño respiro.
Desde la Comisión Nacional del Agua, Rafael Chan Antillón, residente técnico, lanzó el anuncio que muchos esperaban como si fuera una profecía de alivio: “Vienen lluvias fuertes, tormentas eléctricas, ráfagas de viento y hasta granizo en algunas zonas del estado”.
La atmósfera cambiará su curso, literalmente. A partir del sábado, el viento soplará desde el oeste-noroeste, un giro que generará inestabilidad y, con ello, la tan ansiada agua.
UNA SEMANA DE FUEGO
A partir del sábado, según los pronósticos, las máximas caerán algunos grados, estabilizándose entre los 31 y 35. No es invierno, ni mucho menos, pero para los campechanos representa una diferencia vital. El cambio se debe al giro del viento, que traerá consigo nubes y humedad, lo que aumentará la posibilidad de tormentas eléctricas y lluvia.
Pero no todo es tranquilidad: la tormenta también puede traer consigo peligros. Las ráfagas, los rayos y el granizo pondrán a prueba techos, árboles y postes. Autoridades recomiendan estar atentos a los cambios bruscos y no confiarse. Este frente frío no será eterno. Pero bastará con un par de días de lluvia para que la ciudad respire.
