– En los últimos años, Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal más emblemática de México, ha enfrentado una crisis financiera que ha puesto en el centro del debate su sostenibilidad económica y su relación con miles de proveedores que dependen de sus contratos. Con una deuda que asciende a más de 100 mil millones de dólares, según estimaciones recientes, y un historial de retrasos en los pagos a pequeñas y medianas empresas, Pemex se encuentra en una encrucijada crítica.
Sin embargo, recientes declaraciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, han arrojado luz sobre los esfuerzos del gobierno para saldar los adeudos con proveedores, particularmente en regiones clave como Campeche, mientras persisten preguntas sobre la existencia de un plan integral de regularización.
UNA DEUDA QUE PESA SOBRE LA ECONOMÍA NACIONAL
Pemex, considerada durante décadas el pilar de la economía mexicana, ha acumulado una deuda que la coloca como una de las petroleras más endeudadas del mundo.
Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al cierre de 2024, la deuda financiera de la empresa superaba los 1.8 billones de pesos, mientras que los pasivos con proveedores alcanzaban decenas de miles de millones de pesos. Este panorama ha generado preocupación no solo por la viabilidad de la empresa, sino también por el impacto en las cadenas productivas que dependen de sus pagos.
Los proveedores, en su mayoría pequeñas y medianas empresas (pymes) que ofrecen servicios de logística, mantenimiento, perforación y suministro de materiales, han sido particularmente afectados. En estados como Campeche, Tabasco y Veracruz, donde la actividad petrolera es un motor económico, los retrasos en los pagos han llevado a cierres de negocios, despidos y un creciente malestar social.
“Hay empresas que han esperado años para recibir lo que se les debe. Muchas no sobrevivieron”, comentó Juan Morales, representante de una asociación de proveedores en Ciudad del Carmen.
Los esfuerzos recientes por saldar los adeudos de Pemex con proveedores, como los destacados por la presidenta Sheinbaum en Campeche, representan un avance significativo para las pymes afectadas por los retrasos. Sin embargo, la magnitud de la deuda y la falta de un plan claro de regularización mantienen la incertidumbre en el sector.
Mientras Pemex lucha por recuperar su estabilidad financiera, la resolución de los pagos pendientes será un indicador clave de su capacidad para cumplir con sus compromisos y mantener su rol como pilar de la economía mexicana. Por ahora, los proveedores esperan, con esperanza y cautela, que las promesas se traduzcan en acciones concretas.
AVANCES EN EL PAGO A PROVEEDORES
En este contexto, las recientes declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum durante una gira por Campeche han generado un moderado optimismo.
La mandataria señaló que, durante su visita, recibió una carta de agradecimiento de pequeños proveedores que finalmente han comenzado a recibir los pagos de los adeudos pendientes.
“Esto es un ejemplo de que estamos avanzando en el compromiso de saldar las deudas de Pemex con quienes han trabajado honestamente para la empresa”, afirmó.
De acuerdo con fuentes oficiales, el gobierno federal ha destinado recursos extraordinarios en los últimos años para aliviar la presión financiera de Pemex, incluyendo inyecciones de capital y apoyos para el pago de proveedores.
En 2023 y 2024, se canalizaron miles de millones de pesos para cubrir adeudos, priorizando a las pymes que enfrentaban mayores dificultades.
En Campeche, uno de los epicentros de la actividad petrolera, estas acciones han permitido que decenas de empresas locales recuperen parte de los recursos que les adeudaba Pemex, reactivando parcialmente la economía regional.
