CAMPECHE. – En un rincón de Campeche, donde el calor abraza y el mar susurra historias, Guillermo Adrián Chin Canché, de 28 años, ha trazado un camino que lo lleva más allá de las nubes, directo al cosmos. Este joven científico, con una maestría en ciencias del espacio, es parte del proyecto Dragonfly de la NASA, una misión que busca desentrañar los misterios de Titán, la enigmática luna de Saturno. En una entrevista exclusiva para Campeche HOY, Guillermo comparte su historia, un testimonio de esfuerzo, pasión y orgullo campechano que resuena en el universo.
Sentado en su modesto estudio, rodeado de libros y pantallas que proyectan modelos numéricos, Guillermo recuerda el momento en que su vida dio un giro estelar. “Todo comenzó cuando terminé mi maestría”, cuenta con una chispa en los ojos. Su tesis sobre Encélado, otra luna de Saturno, lo llevó a sumergirse en el fascinante mundo de los satélites del gigante gaseoso.
Su curiosidad lo conectó con un investigador especializado en Titán, quien, impresionado por su trabajo, lo invitó a unirse al equipo de Dragonfly. “Fue como si el universo me abriera una puerta”, dice con una sonrisa.
EN LA VANGUARDIA CIENTÍFICA
En el proyecto Dragonfly, Guillermo aporta su expertise en meteorología, un campo que podría parecer lejano al espacio, pero que es crucial para la misión. Su tarea es simular las condiciones ambientales de Titán, una luna con lluvia de metano, océanos superficiales del mismo compuesto y criovolcanes que desafían la imaginación. “Trabajo en predicciones y modelación numérica”, explica. “Buscamos recrear el entorno de Titán para entrenar un dron que volará de forma autónoma, explorando su superficie”.
El objetivo de Dragonfly es tan ambicioso como inspirador: llegar a Titán en 2033, tras un viaje de cinco años desde su lanzamiento programado para junio de 2028. Una vez allí, el dron investigará durante tres años, recolectando datos que podrían responder una de las preguntas más grandes de la humanidad: ¿cómo surgió la vida? “Titán es como una cápsula del tiempo”, dice Guillermo. “Tiene condiciones similares a las de la Tierra antes de que la vida apareciera.
Estudiarla podría darnos pistas sobre nuestro propio origen”.
TITÁN: UN MUNDO DE MARAVILLAS
Con entusiasmo, Guillermo describe lo que hace de Titán un destino tan especial. “Es una de las lunas más estudiadas del sistema solar”, afirma. Desde los tiempos de Galileo hasta las imágenes captadas por el telescopio James Webb, Titán ha fascinado a los científicos.
Sus océanos subterráneos de agua líquida, sus lagos de metano y su atmósfera densa la convierten en un laboratorio cósmico. “Tiene lluvia, ríos, volcanes… ¡es un mundo vivo, aunque de una forma distinta a la nuestra!”, exclama.
Pero Dragonfly no se detendrá en Titán. Guillermo revela que el proyecto podría extender sus investigaciones a Encélado, otra luna de Saturno con géiseres de agua, y a Europa, la luna de Júpiter que alberga un océano bajo su superficie helada. “Esto es solo el comienzo”, asegura. “Cada luna nos cuenta una historia diferente sobre el universo”.
ORGULLO DE SER CAMPECHANO
Para Guillermo, llevar el nombre de Campeche a una misión de la NASA es un honor que carga con humildad. “Crecer aquí me enseñó a soñar en grande, pero con los pies en la tierra”, reflexiona. Recuerda las noches mirando las estrellas desde el malecón, imaginando mundos lejanos. “Campeche me dio raíces, y la ciencia me dio alas”.
Su historia es un faro para los jóvenes de la región. En un estado donde las oportunidades a veces parecen escasas, Guillermo demuestra que el talento y la perseverancia pueden romper cualquier barrera. “Si yo pude, cualquiera puede”, dice con convicción. “Solo hace falta creer en uno mismo y trabajar duro”.
Mientras el proyecto Dragonfly avanza, Guillermo sigue inmerso en sus simulaciones, ajustando modelos y soñando con el día en que el dron aterrice en Titán. Para él, cada cálculo es un paso hacia el futuro, no solo de la ciencia, sino de su pueblo. “Quiero que los campechanos se sientan orgullosos”, dice. “Esto no es solo mi logro, es de todos nosotros”.
En Campeche, la tierra de piratas y poetas, Guillermo Chin Canché escribe una nueva página en la historia. Una página que no se lee en libros, sino en las estrellas.
