CDMX. – En un país donde las heridas del pasado aún sangran, una bomba informativa ha detonado en el corazón del establishment político mexicano. César Gutiérrez Priego, candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia (SCJN), ha desenterrado un escándalo que apunta directamente a la cúpula del poder neoliberal de los años noventa: Nilda Patricia Velasco, esposa del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, habría mantenido negocios con el temido Cártel de Colima, liderado por los hermanos Amezcua Contreras.
Las pruebas, según Gutiérrez, son contundentes: un audio grabado en 1996 que expone conversaciones telefónicas entre Velasco y los capos del narcotráfico.
El material, presentado por Gutiérrez en una conferencia que ha estremecido a la opinión pública, no solo revela presuntos vínculos criminales, sino que desnuda el modus operandi de una élite que, bajo la bandera del neoliberalismo, habría tejido una red de corrupción y complicidad con el crimen organizado.
“Mi padre, el general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, descubrió estas relaciones. Cuando intentó denunciarlas, Zedillo, entonces presidente, ordenó su detención y le fabricó delitos”.
