CAMPECHE, CAMP. La alarma se encendió en la Península de Atasta como un cerillo sobre hojarasca seca: un becerro cayó enfermo y, tras la muestra de rigor, llegó la peor noticia. El gusano barrenador ha vuelto y ya comenzó a cobrarse vidas en los ranchos de Carmen. En menos de un parpadeo, al menos tres animales mostraron señales de estar infestados.
Y como dicen los ganaderos, con resignación y rabia: “ya se regaron las moscas”. La confirmación oficial llegó por parte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), pero quienes viven del campo ya lo sabían.
Por otra parte, el veterinario y productor ganadero Rosario Baqueiro Acosta lo explicó con crudeza: “Con las malas noticias que están saliendo todos positivos… Ya estamos hablando de tres casos: uno en San Antonio Cárdenas y los otros en Nuevo Progreso”.
IMPLEMENTAN MEDIDAS PREVENTIVAS
Todo empezó con una muestra, una sola, que salió positiva. Perobastaron unas horas para que lo que parecía un caso aislado tomara forma de brote: San Antonio Cárdenas y Nuevo Progreso ya reportan nuevos focos, y los productores locales empiezan a entrar en pánico.
“Hoy mismo viene el médico a bañar el ganado, a revisar más casos, a desinfectar. Es el mismo patrón: becerritos recién nacidos, ombligos verdes, y la mosca no perdona”, compartió Baqueiro, con tono más de angustia que de diagnóstico.
Mientras las autoridades de sanidad activan los protocolos y los rancheros ajustan sus rutinas entre baños, tratamientos y vigilancia quirúrgica, el temor sigue. No sólo por el ganado que puede perderse, sino por lo que implica: una amenaza que avanza larva tras larva.
Ahora toca actuar. “Con estos casos, seguro hay más que todavía no se han detectado”, sentenció Rosario Baqueiro. Por eso ya comenzaron recorridos sanitarios, tratamientos, baños de ganado y revisiones. Pues con cada mosca que vuela, se acerque la pérdida de su inversión, de su trabajo y de su sustento.
