CAMPECHE, CAMP. En menos de una semana, la Dirección de Proximidad y Protección Civil ha tenido que apagar hasta siete incendios en terrenos baldíos del municipio. Y aunque las llamas no alcanzaron hogares, lo que sí quedó claro es que la negligencia está prendiendo fuego a la ciudad, por lo que llama a no quemar basura o habrá multas.
Guadalupe Rodríguez, directora del área, no ocultó su preocupación. A diario, su personal sofoca varios incendios que pudieron evitarse con una escoba y algo de responsabilidad. “Los dueños deben limpiar sus terrenos, su basura no deben llevarla a estos sitios, el efecto lupa y las quemas son el pan de cada día”. Reiteró que las sanciones serán para quien no cumpla.
No solo es una cuestión estética o ambiental, sino de seguridad. Detrás del humo que se levanta en estos solares abandonados hay algo más que basura y maleza seca: hay desinterés, desinformación y desobediencia. Y como en una chispa basta para avivar un desastre, los riesgos se multiplican con cada metro cuadrado sin atender.
Los incendios, además de generar contaminación, afectan a vecinos, niños, personas con enfermedades respiratorias y a quienes simplemente pasan cerca. El humo ahoga, irrita y asusta. Y lo peor: podría alcanzar una casa, un negocio o una escuela si el viento juega en contra.
