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9 mayo, 2025

Monseñor

Campeche

Monseñor no se va sin cerrar el Triduo

CAMPECHE, CAMP. Se despidió, pero no se ha ido. Aunque el 15 de abril fue marcado como su adiós oficial, el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, José Francisco González González, quien sigue siendo administrador apostólico de Campeche, permanece en la entidad para culminar con una de las celebraciones más sagradas del calendario católico: el Triduo Santo.

En la Catedral de Campeche, Monseñor encabezó la Misa de la Última Cena y el simbólico Lavatorio de los Pies, iniciando así el Triduo que continúa con el Viacrucis del Viernes Santo y la Vigilia del Sábado de Gloria. Pese a haber cerrado un ciclo de 11 años como obispo de Campeche, decidió quedarse unos días más, como quien no puede marcharse sin terminar de contar la historia.

Además, presidió la emotiva Misa Crismal, una de las más significativas para la vida litúrgica de la Iglesia, donde más de 100 sacerdotes de la diócesis participaron en la tradicional procesión hacia la Catedral. En esa ceremonia, renovaron sus votos sacerdotales y fueron bendecidos los Santos Óleos, utilizados durante todo el año para sacramentos como el bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos.

 

CON OLOR A INCIENSO Y FE

La Misa de Jueves Santo comenzó a las cinco de la tarde. El templo no tardó en llenarse. Cientos de feligreses se congregaron para escuchar la Palabra, pero también para reencontrarse con su pastor, ese que aún guía, aunque su despedida ya esté escrita en el calendario.

Con voz serena y gesto compasivo, Monseñor lavó los pies de 12 personas, en memoria de los apóstoles. No fue solo un acto litúrgico, sino un mensaje claro: la fe se ejerce sirviendo. “El lavado de los pies no es un acto vacío, es una enseñanza viva”, dijo. “Jesús, siendo el maestro, no dudó en arrodillarse. Hoy nos invita a hacer lo mismo”.

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Cada detalle de la liturgia adquirió un peso distinto: la solemnidad, la oración, la mirada de Monseñor sobre los fieles. No era solo una misa, era una despedida con aroma a permanencia, un último mensaje grabado entre incienso y silencio.

La comunidad vive estos días con una mezcla de recogimiento y nostalgia. José Francisco González dejará Campeche el próximo 22 de abril, y tomará oficialmente posesión en Tuxtla Gutiérrez el 25 de abril. Pero antes, eligió quedarse a cerrar este ciclo como empezó: sirviendo y orando con su gente.

Porque no todos los adioses son abruptos. Algunos, como este, se extienden entre incienso, cantos y bendiciones. Monseñor no se fue cuando lo anunciaron; se está yendo con cada ceremonia, con cada gesto, con cada palabra… como quien no parte hasta dejar todo en su lugar.

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