CAMPECHE – En un encuentro clave con el director general del Centro Nacional de Control del Gas Natural (CENAGAS), el ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, se abordaron los detalles del ambicioso proyecto del gasoducto del sur-sureste, una obra que promete convertirse en un motor de transformación para una de las regiones históricamente más rezagadas del país.
Este desarrollo, que atraviesa estados como Campeche y otras entidades del Golfo y el sureste mexicano, no solo busca fortalecer la infraestructura energética, sino también detonar empleos, impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de miles de familias.
El gasoducto, según explicó García Jiménez, responde a la necesidad de garantizar el suministro de gas natural en una zona estratégica para el desarrollo industrial y agropecuario de México. “Es un proyecto que va más allá de tuberías; es una apuesta por la justicia social y el equilibrio regional”, afirmó el titular de CENAGAS durante la reunión.
La obra, que se encuentra en fase de planeación avanzada, contempla una red que conectará yacimientos, plantas procesadoras y centros de consumo, reduciendo la dependencia de importaciones y abaratando costos para las industrias locales.
Para Campeche, en particular, este gasoducto llega en un momento crítico. Con una caída del 21.3% en sus exportaciones petroleras en 2024, según datos del INEGI, el estado enfrenta una crisis económica que ha golpeado a proveedores y trabajadores del sector energético.
Sin embargo, el proyecto del sur-sureste se perfila como una tabla de salvación. Se estima que generará cientos de empleos directos durante su construcción y miles más de manera indirecta una vez que entre en operación, beneficiando a comunidades que han visto mermar sus ingresos por la debacle de Pemex.
Además, el gasoducto se alinea con los esfuerzos de la gobernadora Layda Sansores San Román y la presidenta Claudia Sheinbaum por diversificar la economía regional.
En este sentido, complementa iniciativas como el “Plan Campeche”, que busca posicionar al estado como líder nacional en la producción de arroz y maíz. “Con el gas natural fluyendo, nuestras industrias y productores tendrán energía más barata y confiable, lo que nos permitirá competir en mejores condiciones”, destacó un funcionario estatal cercano al proyecto.
La reunión con García Jiménez también sirvió para subrayar el impacto en el desarrollo sostenible. El gas natural, al ser una fuente de energía más limpia que otros combustibles fósiles, contribuirá a reducir las emisiones en la región, un punto que el gobierno federal ha puesto en el centro de su agenda energética.
