CAMPECHE.- Bajo un sol abrasador que parecía desafiar a los mismísimos filibusteros, los Piratas de
Campeche echaron ancla este lunes en el arranque de su Spring Training, marcando el inicio oficial de los preparativos para la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB).
Con el 90% de la tripulación presente, el diamante del estado comenzó a vibrar con el eco de los batazos, las carreras en el césped y las órdenes resonando desde el dugout. Los cañones están listos, y la afición ya huele la pólvora de lo que promete ser un año de emociones en altamar beisbolera.
Desde temprana hora, el estadio Nelson Barrera Romellón, bautizado en honor al legendario cañonero campechano, se convirtió en elepicentro de la esperanza para una fanaticada que lleva meses aguardando el regreso de su equipo.
Con el manager al timón aún por confirmar se seguirá siendo el experimentado Francisco Campos o si habrá un nuevo capitán, los Piratas desplegaron su arsenal: jugadores jóvenes con hambre de gloria y veteranos curtidos que saben lo que significa vestir el uniforme negro y amarillo.
El ambiente era de pura concentración, pero también de camaradería; entre estiramientos y lanzamientos, las bromas y los gritos de aliento llenaban el aire, como si cada swing fuera un paso más cerca del banderín que tanto anhelan.
El calendario ya está trazado, y los filibusteros tienen por delante cuatro semanas intensas de pretemporada para afinar velas y cañones. El primer duelo amistoso está marcado para el 28 de marzo, cuando los Piratas zarpen rumbo a Quintana Roo para enfrentarse a los siempre feroces Tigres.
CHOQUE DE VISITANTE
Será un choque de visitante que pondrá a prueba el temple de esta escuadra, que sabe que no hay margen para titubear en una liga donde cada strike cuenta.
Los Tigres, con su historial de garra y colmillo, no serán un rival fácil, pero los campechanos llegan con la moral en alto, decididos a mostrar que este año no serán presa fácil en el Caribe mexicano.
El verdadero tesoro, sin embargo, llegará el 18 de abril, cuando el Nelson Barrera Romellón abra sus puertas para el juego inaugural de la temporada regular. La primera serie será un enfrentamiento épico contra esos mismos Tigres de Quintana Roo, un rival que ya promete convertirse en el némesis de los Piratas en este 2025.
La afición local ya se frota las manos, imaginando las gradas llenas, el olor a mariscos y cerveza en el aire, y el rugido colectivo cada vez que un filibustero conecte un jonrón o robe una base. Será el momento de izar la bandera pirata en casa, de demostrar que Campeche no solo es tierra de historia y murallas, sino también de béisbol vibrante y apasionado.
Los jugadores saben que estas semanas de Spring Training son cruciales. No se trata solo de ajustar el swing o perfeccionar el pitcheo; es el tiempo de forjar un equipo, de convertir a un grupo de talentos en una verdadera tripulación dispuesta a navegar tormentas y conquistar puertos enemigos.
Los ausentes ese 10% que aún no se reporta tendrán que sumarse pronto, porque el reloj no perdona y la LMB no espera. Entre los presentes, hay rumores de prospectos que podrían ser la sorpresa del año, jóvenes que sueñan con emular a leyendas como el propio Nelson Barrera o el “Pantera” Campos, y veteranos que buscan un último viaje memorable en el diamante.
El camino no será sencillo. La Liga Mexicana de Béisbol está más competitiva que nunca, con equipos como los Diablos Rojos, los Leones de Yucatán y los propios Tigres al acecho.
Pero los Piratas de Campeche tienen algo que los distingue: una afición que no se rinde, que canta y grita hasta el último out, y una identidad forjada en el sudor y la sal del Golfo.
Mientras el sol se ponía tras el estadio y los jugadores terminaban su primera jornada de entrenamientos, quedó claro que este spring training no es solo el comienzo de una temporada; es la promesa de una aventura que, con suerte, llevará a los filibusteros a aguas profundas y victoriosas. El 18 de abril está a la vista, y Campeche ya sueña con el primer cañonazo de la campaña. ¡Que suene el bat, que retumbe el puerto!
