CAMPECHE, CAMP. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, confirmó esta mañana que su celular personal fue hackeado, un incidente que vinculó temporalmente a la reciente entrega de 29 narcotraficantes mexicanos a Estados Unidos. Durante su habitual conferencia matutina, conocida como “La Mañanera del Pueblo”, la mandataria ofreció detalles sobre el ataque cibernético y aprovechó para aclarar el contexto del dispositivo comprometido, desmintiendo rumores y subrayando la transparencia de su administración frente a este tipo de situaciones.
Explicó que el celular hackeado era un equipo que le regaló Layda Sansores, actual gobernadora de Campeche. El obsequio fue en 2008, cuando ambas participaban en el movimiento de las Adelitas como senadoras.
“Es un teléfono que conocía muchísima gente, lo conservé porque me conectaba con muchas personas”, afirmó la presidenta, visiblemente serena pero firme en su relato. Recordó que ese número, además de tener un valor sentimental, había sido una herramienta clave para mantenerse en contacto con ciudadanos durante años, especialmente en su etapa como jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
La mandataria precisó que el número en cuestión fue filtrado durante la campaña presidencial de 2024, un hecho que, según ella, no le sorprendió debido a la cantidad de personas que lo tenían registrado.
“Vecinos de Tlalpan lo usaban para reportarme falta de agua o cualquier problema; era un canal directo con la gente”, detalló Sheinbaum, quien admitió que, pese a las recomendaciones de cambiarlo, decidió mantenerlo activo por su utilidad y cercanía con la ciudadanía. Sin embargo, no ofreció detalles técnicos sobre cómo ocurrió el hackeo ni quién podría estar detrás, limitándose a señalar que las autoridades ya investigan el caso.
El anuncio del hackeo llega en un momento sensible, apenas días después de que México concretara la extradición de 29 narcotraficantes a Estados Unidos, una operación que ha generado tanto elogios como críticas en el ámbito político y social. Aunque Sheinbaum no estableció un vínculo directo entre ambos eventos, dejó entrever que el contexto podría no ser coincidencia.
