MÉXICO. – Durante la inauguración del Segundo Foro de Expertos Producción de Hidrocarburos de Yacimientos No Convencionales, el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Víctor Rodríguez Padilla, hizo un diagnóstico contundente sobre la situación que atraviesa la empresa y el país en materia energética.
En su discurso, el funcionario afirmó que Pemex enfrenta un “momento crítico en la historia de México”, resultado de una combinación de presión internacional, principalmente de Estados Unidos, y los desafíos estructurales que limitan la producción de hidrocarburos en el país.
Rodríguez Padilla destacó la creciente influencia de Estados Unidos en el sector energético mexicano, señalando que existe una presión explícita para que México facilite el tránsito de gas natural proveniente de Texas hacia mercados del Lejano Oriente, una dinámica que, según él, responde a intereses geopolíticos y comerciales más allá de las fronteras nacionales.
“Estamos en un punto en el que la interconexión energética con nuestro vecino del norte es innegable, pero también riesgosa”, afirmó el director de Pemex, subrayando que esta relación ha generado una dependencia preocupante en el suministro de gas.
En este sentido, el funcionario alertó que la importación de gas natural, que en algunos periodos alcanza hasta el 96% del consumo nacional, constituye un problema de seguridad nacional.
No podemos seguir dependiendo de fuentes externas para algo tan básico como la energía que mueve al país”, insistió, haciendo énfasis en la vulnerabilidad que esto representa frente a posibles fluctuaciones en el mercado internacional o decisiones políticas extranjeras.
El director también hizo un repaso histórico para contextualizar la situación actual. Recordó que, en el pasado, la sobreexplotación del complejo Cantarell —uno de los yacimientos más emblemáticos de México— fue impulsada por la presión de Estados Unidos para abastecer su reserva estratégica de petróleo.
Este esfuerzo llevó a Pemex a alcanzar una producción récord de 3.4 millones de barriles diarios en 2004, un hito que, sin embargo, tuvo consecuencias negativas a largo plazo.
“Esa extracción acelerada provocó un declive irreversible en el yacimiento, y hoy pagamos las consecuencias de haber priorizado intereses externos sobre una visión sostenible”, lamentó Rodríguez Padilla.
En el mismo evento, Néstor Martínez Romero, director de Pemex Exploración y Producción (PEP), sorprendió a los asistentes al anunciar cambios estructurales significativos dentro de la empresa.
Según Martínez Romero, la filial PEP está próxima a desaparecer como entidad independiente en los días siguientes, como parte de un proceso de reestructuración que busca consolidar a Pemex como una sola empresa pública.
