MÉXICO. – El encuentro entre altos funcionarios de México y Estados Unidos, incluyendo al secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y su contraparte estadounidense, es clave para mantener el diálogo y la cooperación en seguridad. Sin embargo, esta debe darse bajo el principio del respeto absoluto a la soberanía y sin la imposición de ultimátum ni amenazas militares.
La seguridad binacional no puede ser pretexto para violar la autodeterminación de México ni para permitir una injerencia que recuerde los peores episodios de la historia intervencionista de Estados Unidos.
México ha demostrado voluntad en la lucha contra el crimen organizado, pero esa lucha es una responsabilidad compartida, y Estados Unidos también debe hacer su parte. El combate al tráfico de drogas no solo requiere presión sobre los cárteles mexicanos, sino también medidas internas en Estados Unidos para reducir el consumo, controlar el flujo de armas y frenar la corrupción que permite que estos grupos prosperen a ambos lados de la frontera. Ante este nuevo episodio de arrogancia imperial, México debe responder con firmeza.

