MÉXICO- La muerte de Jocelynn, en Gainesville, Texas, una niña migrante de 11 años, ha desatado indignación y preocupación en comunidades hispanas de Estados Unidos. La menor, hija de padres mexicanos, se quitó la vida el pasado 8 de febrero tras ser víctima de acoso escolar, según denunció su madre.
De acuerdo con su testimonio, compañeros de escuela amenazaban a la niña con llamar a “la migra” para deportar a su familia. A pesar de que la institución educativa estaba al tanto del bullying, la madre afirmó que nunca fue informada de la gravedad de la situación.
Tras atentar contra su vida, Jocelynn fue trasladada a un hospital en Dallas, donde permaneció cinco días en estado crítico antes de fallecer. Su funeral se llevó a cabo el pasado miércoles.
ACOSO ESCOLAR Y DISCRIMINACIÓN
El caso de Jocelynn es solo uno de muchos que reflejan la creciente discriminación contra niños migrantes en Estados Unidos. María Esther Carranza Olvera, representante de una asociación de padres en Carolina del Norte, señaló que el acoso escolar a menores latinos es una problemática recurrente.
“La madre de Jocelynn había alertado sobre las prácticas discriminatorias en la comunidad”, explicó Carranza Olvera. “Lamentablemente, aún existen sectores que se sienten con derecho a menospreciar a los latinos y esto está afectando gravemente a nuestros niños”.
Según expertos en salud mental, el 80% de los niños migrantes han experimentado ansiedad en algún momento, especialmente desde el endurecimiento de las políticas migratorias y del discurso antiinmigrante durante la administración de Donald Trump.
SALUD MENTAL DE NIÑOS MIGRANTES, UNA CRISIS SILENCIOSA
Amy Acosta Hernández, activista y colaboradora de la organización Gainesville, Texas “Healthy Children”, advirtió que la salud mental de los niños migrantes suele estar en riesgo debido a experiencias de abandono, discriminación y acoso.
“Los estudios muestran que 9 de cada 10 adolescentes que se suicidan padecen problemas de salud mental como depresión”, explicó Acosta Hernández. “Sin embargo, incluso aquellos sin un diagnóstico previo pueden estar en riesgo. Es fundamental que los padres estén atentos a las señales de alerta y fomenten el diálogo con sus hijos”.
