C A R M E N , CAMP.- Luego del escándalo por el “montaje fallido” en el que participaron policías, comunicadores “trasnochados” y algunos petroleros “alcahuetes”, Víctor Kidnie y sus seguidores, hicieron saber que la resolución del 14 de febrero es una reivindicación que, aunque llega tarde, reafirma que “nadie puede estar por encima de la razón”.
Sin embargo, el camino por delante no será sencillo. La restitución plena de sus derechos y la implementación de las medidas ordenadas ñdependerán de la voluntad de las partes involucradas, en un contexto donde las tensiones sindicales están lejos de disiparse.
Mientras tanto, Kidnie hace un llamado a la unidad y al respeto: “Que esto sirva de ejemplo de que la justicia existe, aunque a veces se retrase. Pero, sobre todo, que no se crucen líneas que afecten a quienes no tienen culpa”. En medio de la tormenta, literal y figurada, que sacude al STPRM, su caso se erige como un recordatorio de que las batallas sindicales, cuando se libran con razón, pueden encontrar eco en la legalidad.
LA RESOLUCIÓN
Cabe recordar, que el pasado 14 de febrero de 2025, el Centro Federal de Conciliación y Registro La boral emitió una resolución que marcó un antes y un después en el caso de Kidnie.
En ella, se ordenó su restitución como Secretario del Interior y Acuerdos de la Sección 47 del STPRM, cargo que ostentará hasta el 8 de agosto de 2026. La decisión, notificada al Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos en la Ciudad de México, establece que tanto el STPRM como Petróleos Mexicanos (Pemex) deben cumplir con una serie de medidas para garantizar los derechos laborales y sindicales de Kidnie, los cuales habían sido suspendidos de manera indebida.
Entre las disposiciones más destacadas, se exige a Luis Ricardo Aldana Prieto, figura clave en el sindicato, retractarse por escrito de un oficio previo en el que solicitó la suspensión de la comisión sindical de Kidnie.
Además, Aldana deberá emitir una disculpa pública que reconozca explícitamente el incumplimiento de las normas estatutarias del STPRM, un comunicado que deberá llegar a todas las secciones del sindicato a nivel nacional. Por su parte, Pemex y su filial de Exploración y Producción tienen la obligación de emitir un nuevo oficio que restituya plenamente la comisión sindical de Kidnie, garantizando todos los derechos que le corresponden por su puesto.
“Aún es materia de ejecución la restitución física y material”, señala la resolución, dejando entrever que el cumplimiento total de estas órdenes podría enfrentar resistencias internas. Sin embargo, el fallo representa una victoria significativa para Kidnie, quien durante meses ha librado una batalla legal para recuperar su posición y dignidad dentro del gremio.
REACCIONES Y CONSECUENCIAS EN EL STPRM
La resolución no ha pasado desapercibida en el seno del STPRM. La conmoción generada llevó a que Víctor Matías Hernández Colunga, otro actor relevante en la estructura sindical, fuera citado en la sede del sindicato ubicada en Zaragoza 15, Colonia Guerrero, en la Ciudad de México.
Tras la reunión, Matías Colunga, intentó regresar a Ciudad del Carmen, pero una tormenta que azota la isla impidió el aterrizaje de su vuelo. Obligado a desviarse a Mérida para cargar combustible, el avión finalmente tuvo que retornar a la capital debido a las adversas condiciones meteorológicas. Este incidente, aunque fortuito, parece simbolizar las turbulencias que atraviesa el sindicato en estos momentos.
El caso de Víctor Kidnie pone al descubierto las profundas fracturas dentro de la Sección 47 y la complicidad del STPRM en general. Su denuncia de una detención ilegal apunta directamente a una supuesta alianza entre trabajadores afines a sus detractores y fuerzas policiacas, lo que sugiere que las pugnas por el poder sindical han escalado a niveles preocupantes.
VENDETTA Y RIDÍCULO…
En un giro que expone las tensiones al interior del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Víctor Manuel Kidnie de la Cruz, excandidato a la secretaría general de la Sección 47 y recientemente reinstalado como Secretario del Interior y Acuerdos, ha denunciado una “franca vendetta petrolera” en su contra.
Según su testimonio, tras su reincorporación ordenada por el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, “ mafiocillos” de la Sección 47, presuntamente coludidos con policías locales, lo detuvo de manera ilegal bajo acusaciones falsas de portación de armas de uso exclusivo del Ejército y posesión de drogas. Sin embargo, tras una inspección exhaustiva, las autoridades no encontraron evidencia alguna que sustentara dichas imputaciones.
Kidnie, visiblemente indignado, acudió de inmediato a presentar una denuncia formal contra quienes resulten responsables de lo que considera un acto de represalia orquestado por sus opositores dentro del sindicato.
