CAMPECHE. El viejo techo de la parroquia de San Luis Obispo en Calkiní no resistió más y se desplomó, dejando una herida en un patrimonio que ha resistido siglos. Para el párroco de San Román en Campeche, Juan Arcos Arana, este no es solo un problema estructural, sino una llamada de atención sobre la fragilidad de los templos históricos.
Ante esto, señaló que, la parroquia en la capital, es un símbolo de la fe y la historia local y es considerada un patrimonio nacional, por lo que reconoció que es necesario el mantenimiento también del recinto, aunque reiteró que su preservación está lejos de ser sencilla.
Manifestó que, las reparaciones y el mantenimiento requieren mucho más que simples manos; son una cuestión de recursos y tiempo. “Mantener estos edificios es costoso. No solo en dinero, sino en esfuerzos constantes”, explicó Arcos Arana.
“Nos entristece ver cómo el tiempo y el clima pasan factura, lo que provocó el derrumbe de esta casa espiritual y cultural en Calkiní”, expresó, mirando también las huellas de un pasado que aún vive entre las piedras del recinto en San Román