La bóveda del templo San Luis Obispo de Calkiní, uno de los recintos religiosos más antiguos de Campeche, no pudo resistir más y cedió por el deterioro. Sin embargo, el padre Fernando Manzo Barajas reveló que apenas este noviembre había solicitado asesoramiento a la Arquidiócesis de Yucatán para saber que se podía hacer por las constantes filtraciones en el techo.
Por ello, el equipo al acudir durante el 8 de noviembre del presente año, tras un análisis especializado reveló que el techo colapsó debido a la humedad atrapada durante años, agravada por filtraciones que continuaron a pesar de intentos de impermeabilización desde 2023.
Con tecnología avanzada, como el dispositivo FLIR de termografía, identificaron diferencias de temperatura que oscilaron entre los 31 y 24 grados.
Estas mediciones evidenciaron humedad atrapada en la bóveda principal y en el área del altar, debilitando la estructura con el tiempo.
“Todo estaba marcado por la humedad. La fisura central yaera una grieta evidente, y el daño era irreversible”, explicó Mendoza. A pesar de los esfuerzos de impermeabilización, los permisos del INAH retrasaron intervenciones más profundas que podrían haber evitado el primer desplome de un plafón ocurrido el 3 de agosto de 2023.