MÉXICO.- El estrés financiero se ha convertido en un problema generalizado en México, afectando a dos de cada tres personas en el país. Entre las principales consecuencias de esta carga económica, los mexicanos padecen dolores de cabeza, gastritis, colitis, problemas de presión arterial, ansiedad, depresión y mala calidad del sueño. Para evitar que este estrés se convierta en un riesgo para la salud, los especialistas sugieren poner en orden las finanzas personales y tomar decisiones financieras más informadas.
Rocío, una mujer de 50 años, es un claro ejemplo de cómo las dificultades económicas pueden afectar la salud. Tras la muerte de su esposo, quien era el sostén económico de su familia, Rocío se vio obligada a reinventarse para salir adelante. “Comencé a vender por catálogo, puse un bazar, pero no me da una entrada fija. Desarrollé gastritis, migraña, y estoy medicada por depresión”, relata. Su historia, marcada por el dolor ylas dificultades económicas, refleja una forma común de estrés financiero, que, según especialistas, es experimentado por millones de mexicanos.
Erika Villavicencio Ayub, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, define el estrés financiero como una respuesta emocional y física ante las dificultades económicas, cuando la persona siente que no puede cumplir con sus obligaciones financieras. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi), en 2023, un 36.9% de los mexicanos experimentó estrés financiero en un nivel alto, mientras que un 34.6% lo padeció de forma moderada. Entre los principales malestares se encuentran los problemas digestivos, como gastritis y colitis, y alteraciones en la presión arterial. A nivel psicológico, la ansiedad y los trastornos del sueño son comunes.
La pandemia de Covid-19 profundizó esta crisis económica. El 71% de la población encuestada reportó problemas monetarios derivados de la pérdida de empleo o la reducción de ingresos. La incertidumbre sobre el futuro, la incapacidad de muchos para recuperar sus salarios previos a la pandemia y el aumento de los gastos han elevado los niveles de estrés financiero en el país.
A nivel familiar, las preocupaciones económicas están relacionadas principalmente con los gastos inesperados, los de alimentación y los escolares. En este contexto, los hogares mexicanos se enfrentan a un panorama económico complejo. De acuerdo con Villavicencio, las autoridades deben comprometerse a garantizar que los salarios cubran los gastos esenciales, como la canasta básica, el alquiler y el transporte, cuyos costos han aumentado de manera alarmante en los últimos años.
EL CICLO DE LAS DEUDAS Y LA INFORMALIDAD LABORAL
César Salazar López, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señala que muchas personas recurren a préstamos para hacer frente a sus necesidades, lo que en ocasiones agrava su situación. Los pagos pequeños a lo largo del tiempo pueden convertirse en una carga insostenible debido a los altos intereses, y en muchos casos, los trabajadores informales, que representan dos de cada tres mexicanos, carecen de una estabilidad económica que les permita enfrentar emergencias o planificar su futuro.
De acuerdo con el INEGI, más de la mitad de la población (50.8%) reportó tener un bienestar financiero medio-bajo o bajo.
Solo el 17.8% de los mexicanos se encuentran en un nivel de bienestar financiero alto. Esto subraya la desigualdad en el acceso a recursos y la creciente presión económica que enfrentan las familias mexicanas.
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA EVITAR EL ESTRÉS FINANCIERO?
A pesar de la complejidad del panorama económico, algunos expertos creen que es posible reducir el impacto del estrés financiero con una planificación adecuada. Salazar sugiere equilibrar los ingresos y los gastos, priorizando la liquidación rápida de productos adquiridos a plazos para evitar el pago de intereses adicionales.