CAMPECHE, CAMP.- Tras años de espera, la actualización del Atlas de Riesgo de Campeche por fin se hará realidad, un proyecto que marcará la diferencia en la seguridad del estado y en su desarrollo urbano, así lo dio a conocer el director de Protección Civil, Anuar Dager Granja.
La gobernadora Layda Sansores, en colaboración con el gobierno federal de Claudia Sheinbaum, ha logrado asegurar una inversión de más de 13 millones de pesos para renovar este instrumento crucial que no se actualizaba desde 2014. A partir de 2025, comenzarán los trabajos para modernizar este mapa vital, y se espera que para 2026 esté listo para beneficiar tanto a las autoridades locales como a la ciudadanía en general.
El Atlas de Riesgo, según explicó, el director de Seproci, es una herramienta esencial que permitirá conocer las zonas vulnerables a desastres naturales, como inundaciones, y otras áreas de riesgo que deben ser consideradas en los planes de urbanización y construcción.
“Es fundamental para la seguridad de la ciudadanía y la viabilidad de las inversiones. Con un atlas actualizado, tanto los municipios como las constructoras podrán tomar decisiones informadas y garantizar que sus proyectos se desarrollen en áreas seguras”, aseguró.
El proyecto no solo es beneficioso para los ayuntamientos que recibirán los datos y herramientas necesarios para actualizar sus propios atlas municipales, sino también para las constructoras y cualquier empresa interesada en invertir en el estado.
PROTECCIÓN PARA TODOS
Con las nuevas capas de información, las autoridades y desarrolladores podrán identificar zonas de alto riesgo, evitar construcciones en áreas vulnerables y, lo más importante, prevenir desastres que podrían poner en peligro tanto a la población como a las inversiones.
Además, la actualización del Atlas de Riesgo no solo tendrá un impacto positivo en la seguridad, sino que se espera que sea una herramienta clave para la planificación de futuros desarrollos urbanos.
“Este atlas brindará a los campechanos la certeza de que las construcciones y las inversiones que se realicen en el futuro estén basadas en un análisis científico y preciso de los riesgos que existen en la región”, señaló Dager Granja.
Aunque este esfuerzo llevará tiempo, es un paso fundamental para que el estado esté mejor preparado para enfrentar los riesgos naturales y ofrecer un entorno seguro tanto a los habitantes como a los inversionistas.