MÉXICO.- En medio de la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y bajo la sombra de las amenazas comerciales de Donald Trump, Canadá parece jugar un papel ambivalente, oscilando entre ser un aliado cercano de México y un competidor dispuesto a distanciarse para salvar sus propios intereses.
Las declaraciones y acciones recientes del gobierno canadiense revelan una postura que algunos califican como de “doble cara”.
Es decir, mientras el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha cultivado una relación diplomática cercana con la presidentaClaudia Sheinbaum, lo que en la superficie podría interpretarse como un gesto de apoyo y unidad frente a las tensiones con Estados Unidos.
Sin embargo, detrás de las sonrisas y las declaraciones conciliadoras, se gestan posturas que apuntan en otra dirección. El ejemplo más reciente ocurrió tras una llamada entre Trudeau y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, la cual fue calificada oficialmente como “productiva”.